En palabras Llanes
El
caso es que al inicio sí fue una novedad tener, a las ocho de la noche, luz
natural. Nos vendieron la idea de que, por utilizar esa luz, podríamos ahorrar
energía, incluso recuerdo que se dijo que nuestros recibos de la luz iban a
llegar más baratos. Nada de eso pasó, cuando adelantas una hora el reloj y te
despiertas a las cinco de la mañana para ir a hacer tus labores del día a día,
en realidad te estás despertando a las cuatro (a la naturaleza no la podemos
engañar), la obscuridad es, pues, absoluta, tenemos que echar mano del recurso
eléctrico para alumbrarnos y no golpearnos el dedo chiquito del pie en la base
de la cama mientras nos estamos vistiendo. En la tarde, sí, vas a tener luz
natural, pero tampoco está chido eso de que sean las ocho de la noche y
parezcan las seis de la tarde, con el sol todavía más o menos pleno, pero ya
despidiendo el día.
La
bancada de Morena hizo lo que no me imaginé que haría ningún gobierno (porque
estoy seguro de que ellos sí ven reflejadas algunas ganancias en eso del ahorro
o consumo de energéticos), nosotros, los de a pie, como siempre, no, no gozamos
ni gozaremos nunca de esos beneficios. Creo que, al contrario, los recibos de
la luz llegaron más altos y, bueno, ya no se diga en este 2022, la mitad del
salario (si no es que más, se va en pagos de servicios, agua y luz,
principalmente, ya no hablemos de telefonía celular e internet en casa). Bravo
por los de Morena que votaron en contra del horario de verano que, ya de
grandes, en lugar de emocionarnos nos generaba demasiado estrés y nos quitaba
una hora de sueño, para que vean que no siempre critico a la gente de ese
partido, ahora les estoy aplaudiendo.
Quizá
en nuestros años mozos aquello era una novedad, cuando comprendimos realmente
que no se generaba ningún tipo de ahorro y que, por el contrario, nos quitaba
tiempo de descanso, el horario de verano se volvió un forúnculo en la entrepierna
y desde meses antes uno ya estaba enojado porque ya venía… y habríamos de
adelantar el reloj una hora. Quizá haya gente que opine lo contrario a mí, está
bien, la diversidad y las opiniones diferentes son respetadas, simplemente a mí
me gusta el horario como lo conocí desde que era pequeño, hasta que me lo
quitaron, hace ya veintiséis años; además qué pinche miedo que los teléfonos
inteligentes hagan el cambio de horario por ellos solos y no sólo los
celulares, las computadoras, los televisores, las tablets y todo lo demás, la inteligencia
artificial está siendo más inteligente que nosotros y no nos queremos dar o sí
nos damos, pero nos vale, cuando la inteligencia artificial se revierta contra
el hombre, agradecederemos que, por lo menos, tengamos un horario sin estarlo
cambiando cada seis meses…
Además, ¿quién dice que en un
pinche día nos vamos a acostumbrar a comer una hora después o antes y no sólo
comer, sino hacer otras tantas otras cosas con una hora que nos quitaron?
En
fin…
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