Sunday, June 30, 2019

El fin de una era



Café exprés
El fin de una era


Entre las buenas costumbres de los buenos colimenses: salir a tomar el fresco escuchando la RL, por algo será, sígala disfrutando. Un spot promocional similar se me quedó grabado desde el momento que pisé este terruño, allá por el año de 1986, mundialista por cierto, cuando sintonicé junto con mi familia la radio.
Entre las buenas costumbre de los buenos colimenses, disfrutar los partidos del mundial de futbol escuchándolos en la RL, por algo será, sígala disfrutando. Nunca imaginé que tantos años de tradición familiar llegaran, en 2019, a su fin. Tengo entendido que la RL era un proyecto familiar radiofónico y por aquellos años de inicio (1940 donde yo no era ni siquiera un proyecto para venir a pisar este mundo) seguro estoy que no había nada más fascinante, que reunirse en familia a escuchar la RL, por algo será.
Dicen que todo tiene un inicio y un final. Pero para ser sinceros nunca imaginé este final y que la RL llegara a decir adiós; cerrar el micrófono...
A partir del lunes la pirámide encantada dejará de transmitir a la RL, la RL dejará de ser la RL, la pirámide encantada ahí seguirá, pero ahora bajo el nombre de Radiorama Colima, tengo muchísima curiosidad de su programación que, espero, no caiga siendo pan con lo mismo de las demás estaciones de radio de la localidad.
La RL empezó transmisiones en el año de 1940, en esos ayeres ni siquiera mi tía coca, socorrito (como la conocen todos sus amigos en el centro de esta ciudad capital), ni siquiera ella había nacido y ya la RL era la estación del pueblo, por decirle de alguna manera.
Debo confesar que desde hace mucho tiempo no oía la radio. La verdad es que me cansaba del mismo género grupero de las melodías que suenan en cada una de las estaciones locales, por eso mi renuencia a la radio. Sin embargo, y de cuando en cuando, surge una que otra estación con una propuesta musical interesante, y ahí estoy para cazarla.
Ni siquiera oigo con tanto afán la estación de la Universidad de Colima que sí, en un inicio fue una propuesta diferente e interesante, pero debo aceptar que no todos los géneros que suenan ahí son mis preferidos. Algo que hace magia es que tengo la gran virtud de conocer en persona a muchos de los y las locutores de Universo FM, eso muchas veces hace la diferencia.
Fui fan un tiempo de Conexión, cuando mis amigos Jeanette González Lazcano y mi estimado Rubén Martínez Tawa tenían el programa: Viernes de rock, que más bien debió llamarse: Sábados de rock, porque arrancaba desde las doce de la mañana (ya obviamente del sábado) y terminaba a las cinco o seis de la mañana, era ideal para la fiesta, la cruda y lo que seguía. En varias ocasiones estuve en esa cabina de invitado especial (que de especial no tengo nada), platicábamos de Pink Floyd, Radiohead, Nirvana, Metallica, Guns and Roses, Deftones, Rolling Stones y muchos grupos más.
Recuerdo, más lejano el año, la increíble estación de radio, hoy totalmente desaparecida: Volcán FM, que tuvo una propuesta muy interesante, novedosa y juvenil, tanto en lo musical, como en su grupo de locutores, de aquella época me gustaban programas como: La noche del cuervo y Romántico volcán.
Por aquellos ayeres en la XEBCO sonaba un programa que se llamaba: La historia comenzó, puro rock del bueno, sí, me gusta el rock, me ha gustado desde siempre y me gustará, claro, tengo afecto por otros géneros, aprendí a gustarlos en el Cedart Juan Rulfo, esa institución que me hizo valorar el gusto por la música, aún así hay géneros que, como dijera mi querido amigo, doctor e historiador Héctor Porfirio Ochoa con respecto al tema del tremendo calor en Colima: “esos géneros musicales me anangan”. Con esos géneros musicales me refiero al reggaeton, banda, norteño, música popular mexicana (a veces tanto pinche mariachi me llega a anangar pero sí me gusta), gruperos, salseros e incluso troveros.
De un tiempo acá me volví fan adicto de la RL, esta nueva RL 98.9 de frecuencia modulada. Por coincidencia, una tarde caí a un programa llamado: Escuela de rock que de inmediato me llamó la atención y a mi hijo también.
Era conducido en aquellos meses por Rosario Gutiérrez y el famosísimo Erick Guzmán, famoso pero que no lo conocía en persona, hasta hace poco que fui a la cabina a una entrevista. A Rosario sí la conocía y de inmediato los agregué al WhatsApp y les mandé un mensaje. Estos dos locutores tenían o tienen magia, la transmitían y me enamoré del programa y de la RL, por su buena vibra, su buena música y ese timing que se debe tener.
Hablando de magia recuerdo haber sido también fan de la estación de radio Magia FM también salida desde la pirámide encantada. Pero bueno, esa es otra historia.
Desde ese momento (hará cosa de un año, año y medio) seguí la programación y a los locutores de la RL: Realmente Libres. Erick Guzmán o la enciclopedia musical es una guía… un gurú musical. Todos mis dispositivos tienen programada, a la fecha, la RL; el radio de mi vehículo, la bocina de mi oficina, la bocina de mi casa y mi bocina portátil. Hacía muchísimo tiempo que no me sentía tan identificado con una estación de radio. Me tocó oír este periodo de transición que tuvieron hará cosa de tres meses, cuando se agregaron a la RL otras voces, otros amigos y amigas locutores: Dinorah Aguirre (gran amiga y compañera de la Falcom), Sergio Ursúa (buen carnalazo), Fernanda Macedo, Gaby Cantero, Vicko Barajas, Marvin Ochoa (a quien conocí haciendo teatro), Ale Infante, Ferchy Hernández, Fer Navarro y Alex Meléndez algunos conocidos míos, otros no pero que fui conociendo durante todo este tiempo que me volví a enamorar de la radio; es más, tan enamorado estuve de la radio que me dieron ganas de conducir un programa sin ser precisamente locutor de oficio.
Creo que como el teatro (otra de mis grandes pasiones), la radio es magia y para muestra basta un botón porque cuando me vuelvo obsesivo con algo, lo soy y ahí está Mirna Bonós, mi compañera de vida de testiga. Tengo muchísima curiosidad por saber qué sigue ahora bajo el nombre de Radiorama Colima, tengo muchas expectativas y espero que no me defrauden porque tendría que volver a buscar otra estación de radio.
Mis alumnos, cuando van a la oficina a la que estoy adscrito en la Facultad de Letras y Comunicación quedaban sorprendidos porque me pillaban oyendo la radio y me preguntaban el por qué lo hacía. Mi respuesta era obvia y sencilla, por identificación, por gusto, por la amistad con los locutores y locutoras, por la programación musical y por mucho más… por eso: entre las buenas costumbres de los buenos colimenses… escribir esta columna oyendo la RL, por algo será, sígala disfrutando… termina toda era… pero otra está por comenzar.
Gracias Radio Levy.



Sunday, June 23, 2019

Verse en los ojos del otro




Café exprés


La semana pasada me tocó estar del otro del binomio maestro-alumno. Desde el 2010, en realidad, me ha tocado estar de ese lado; el del maestro. Pero fue hasta el día jueves de la semana que recién concluyó cuando me tocó aplicar, por vez primera, el examen Ceneval (Exani II) para los chicos y chicas de nuevo ingreso.
Veinte almas se presentaron conforme las indicaciones del examen (muy temprano, con su lápiz del número dos o dos y medio, sacapuntas, goma de borrar, pase de examen, identificación y su calculadora, eso sí, no científica). Y ahí estaban esas veinte almitas con muchos sueños, ganas, proyectos y, seguramente también, con muchos nervios, como los tenía yo, porque era mi primera vez que aplicaba este examen y el Ceneval tiene unas normas muy estrictas para llevar a cabo esta actividad que, si no se cumplen a carta cabal, el examen queda invalidado y pues no queremos eso, claro que no. Me recordó mucho a una jornada electoral, abrir paquetes, instalar la casilla, arrancar muy de mañana y comenzar con la faena electoral, hasta terminar, contar los votos, cerrar los paquetes y llevarlo a la instancia encargada que en este caso es Dirección General de Educación Superior quien entrega todo de nueva cuenta al Ceneval para hacer la revisión y entregar resultados el 7 de agosto. Así la jornada.
Leo por ahí que los mexicanos no tenemos memoria y que desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari se ha pensado que la educación sea privada y vaya ganando terreno a la educación pública. La verdad es que las universidades públicas, como muchas de las cosas, instituciones, dependencias y órganos de este país atraviesan una situación muy complicada donde el único perjudicado es, sí, el estudiantado. Pero así están las cosas y no se vislumbra un papel mejor, no por lo menos pronto.
Me vi en los ojos de esas veinte almitas que estaban reunidos en un aula de la facultad a la cual estoy adscrito, una facultad a la que le tengo el mayor de los aprecios que se le puede tener a una dependencia de una universidad que me ha dado cobijo durante estos casi quince años de labor. Me vi reflejado en ese ímpetu, en ese modo de ver la vida, vaya, me vi reflejado en esa forma tan peculiar de vestir que tiene el aspirante a una facultad de letras. Seguramente en 1999, hace ya veinte años cuando hice este mismo examen, seguramente en aquella época me veía igual, me vestía igual, pensaba igual, atravesaba por los mismos problemas de este grupo variopinto de aspirantes y tenía ese mismo impulso, esas mismas ansias, ganas y rebeldía de comerme el mundo. Quizá tenía el mismo sueño, ilusión, proyecto de vida o qué sé yo que tendrán estos veinte aspirantes a ser admitidos en nuestra hermosa facultad.
Mientras esperábamos a que el grupo estuviera completo me presenté con los aspirantes que estaban congregados en una de nuestras aulas para empezar con su examen, examen que dura, por otro lado, la tremenda cantidad de cuatro horas y media y que está dividido en dos partes, primero un examen de admisión donde vienen preguntas de matemáticas, español y, supongo, de todas y cada una de las materias del bachillerato; haciendo un total de 92 reactivos; la otra parte del examen la complementan cien, ciento doce reactivos (no lo recuerdo muy bien) que son parte del examen que le llaman diagnóstico, que es exclusivamente para saber del conocimiento del área que lleva o presenta el alumnado.
Les dije que me dedicaba a escribir y que, una vez pasado este trago (el del examen por supuesto), y una vez siendo parte de la gran familia Falcom, tendrían a su vez a muchos maestros y maestras que se dedican a este mismo y noble oficio, el de escribir; creo que más de alguno se alegró de haber oído esto, porque justo en ese momento el ambiente se relajó un poco, todos estaban tensos, preocupados, desmañanados, no tengo idea si habían desayunado bien, si habían bebido suficiente agua (el calor en estos días se ha elevado a la ene potencia y la hidratación cada cierto tiempo es fundamental), no tenía idea de nada de eso. Rompimos un poco el hielo, hielo normal en un evento de ese tipo.
Supuse que yo hace veinte años me veía igual y hubo alguien que calmó mi nerviosismo y que me hizo sentir parte de esta familia (aunque apenas iba a resolver ese maratónico examen). De aquél tiempo recuerdo perfectamente al maestro Moy, mejor o, quizá no tan mejor pero conocido como Víctor Gil Castañeda, y a la maestra Hilda Rocío Leal (quienes fueron los que estuvieron al frente en aquella ocasión de este temible examen). Hubo quien llegó con enciclopedias completas para… no sé qué, calculadoras y demás. Yo sólo llevaba un librito (el librito que estaba leyendo en esos días), un lápiz y no recuerdo si llevaba borrador o sacapuntas, pero nunca los dos; eso sí, llevaba la bendición de mi madre, el desayuno que me preparó y paren de contar. Creo que no me fue nada mal. Nunca he sido de promedios elevados y media comunidad del Cedart (bachillerato del cual egresé) dudaba que yo fuera a quedar en la Universidad de Colima. Quedé, aplausos.
Cuando entregué mi examen tanto la maestra Hilda Rocío como el maestro Víctor Gil me dieron mucho ánimo y confianza porque me dijeron que ambos eran egresados del Cedart, sí, como yo. Así que salí de ahí con una sonrisa de lado a lado y con la confianza plena de que tendría un buen grupo de maestros que me apoyarían y guiarían en cumplir esa parte del sueño que tenía y así ha sido, hasta la fecha. Son maestros que uno lleva en el corazón y espero contribuir con eso mismo a estas nuevas generaciones como les decimos.
Así que ese jueves de la semana que concluyó no pude evitar verme reflejado en los ojos de esos veinte aspirantes, veinte personas que seguramente serán parte de esta gran familia que formamos en la facultad de letras y que todos tenemos y seguimos con los mismos sueños, la mismas metas, el mismo anhelo y la mismas ilusión; quizá ese mismo reflejo es el que me ha llevado a ser ahora maestro y a estar de este lado, porque a la fecha y desde 1999 sigo pisando el mismo suelo donde se encuentra mi querida facultad.

Wednesday, June 12, 2019

Sentirse humanos


Café exprés Anoche terminé con el corazón apachurrado, pero me sentí humano dentro de este sistema que, parece, nos vuelve autómatas día a día. Luego de una jornada que se tornó intensa (donde llevé a cabo el cierre de mi taller dinámico de lecto-escritura creativa dentro de las jornadas altexto 2019; lugar donde conocí y conviví con personas maravillosas, tuve también la titulación de un alumno para complementar las estadísticas de titulación, preparé, de la misma manera, la próxima titulación de otro alumno que luego de tantos trámites por fin lo hará, en otro por fin… me aceptaron los reactivos para el Egel 2019 donde espero acrediten más alumnos del presente semestre y salgan pronto esta licenciatura, y cerré la noche dando una charla sobre procesos creativos dentro del programa tradicional Noche de encaladillas). Y ahí, justamente ahí, ya en la tarde-noche calurosa de Colima fue donde mi corazón tronó en mil pedazos haciéndose chachitos, añicos diminutos quedando sus fragmentos regados por todo ese espacio que es el museo de culturas populares María Teresa Pomar. Y en seguida explico por qué. En nueve años del tradicional café literario Noche de encaladillas, en nueve años, el día de ayer no fui recibido por mi querido Toño Enciso, ayer su sonrisa, afabilidad, trato y presencia física no me acompañaron. Lo lamenté terriblemente. Lo lamenté y lo extrañé. Sé que de manera inmaterial estuvo ahí, lo sentí porque la charla que le dediqué me quedó, hasta eso, decente; creo que las personas se divirtieron con mis dichos, decires y bromas. Espero generar (y haberlo hecho ayer en la noche) en alguno de los asistentes el gusto por escribir, pero más por leer por placer. Querido Toño, ayer no te abracé, ni te vi, pero sé que desde donde te encuentres ahí me viste como cada martes, encaladillado, bebiendo café y disfrutando de los martes por la noche. Antes de dar mi charla sobre procesos creativos, genio (así nos decíamos de cariño Toño y un servidor: genio), me mandaste a los papás de la querida y estimada Sofía Haro, fallecida el pasado tres de mayo; los señores pensaron que lo que iba a suceder ayer en la noche sería un homenaje a su hija y me contaron algunas cosas que, por respeto, no diré aquí pero que me calaron hondo, muy hondo y me sacaron las lágrimas y no… simplemente no me pude contener, me solté a llorar... Sin embargo, sacando fuerzas de quién sabe dónde, extrañando tu recuerdo, genio, y ahora también el recuerdo de Sofi así, y con todo esto en mi corazón, en mis entrañas… me paré frente al público y me lancé al ruedo como me lanzo siempre. Porque con los amigos no me ando a tientas y, genio, tú fuiste un gran amigo y el genio en realidad lo eras tú, querido maestro. Esta charla, como pudiste ver (porque te repito… yo sé que estuviste ahí), esta charla te la dediqué a ti, toñito, a ti y a la estimada Sofi, yo creo que por eso me quedó decente (o al menos así me lo pareció a mí). Te mando un abrazo fuerte a donde quiera que te halles, querido genio y, aunque este martes terminé con el corazón apachurrado de melancolía, jamás podré olvidar tu pasión, tus charlas y tu presencia, así como tampoco podré olvidar la pasión de Sofi por las letras, la música, la poesía. Gracias por tu amistad, genio. Esto sin lugar a dudas me hace sentirme humano. Gracias toño, gracias sofi… por tanto… por tanto. Gracias, querido genio.

Thursday, June 06, 2019

Las indecencias de la sociedad colimense narradas por Jorge Vega

Café exprés
Brenda Melissa Aguilar Martínez
Vega Aguayo, Jorge (2006). De princesas, dragones y otras indecencias. México: Secretaría de Cultura. Jorge Vega Aguayo (Quesería, Colima, 1966) es poeta, escritor y colaborador de suplementos culturales, revistas y periódicos. Entre sus obras poéticas se encuentran: Navegante (1998) y Abierta flor (1999). El título De princesas, dragones y otras indecencias (2006) nos evoca a los cuentos infantiles, sin embargo, la palabra “indecencias” da pie a que el lector infiera que no se trata de literatura infantil y conforme se adentra a la narrativa de Vega Aguayo descubre que su intuición inicial es verdadera. El autor representa realidades de la vida cotidiana como el desamor en la adolescencia, la pobreza o la delincuencia. Vega Aguayo utiliza un lenguaje sencillo y directo para describir las diferentes situaciones en las que se encuentran sus personajes remitiendo al lector al realismo sucio: corriente literaria que tuvo su auge en Estados Unidos a mediados de los años 50 y trascendió en la década de 1970. La corriente se caracteriza por centrarse en la sucia realidad que se vive cotidianamente en toda sociedad y que simplemente nos rodea, según explica Adolfo Mazariegos (2016). De princesas, dragones y otras indecencias está compuesto por doce cuentos, a continuación se ofrece una visión general de cada uno. 1. “Lulú”: la protagonista es una adolescente de 15 años, hermosa, atrevida, quien fuma cigarrillos. Se llama Lulú. Su compañero tímido y obediente, Emilio, está enamorado de ella, pero la muchacha mantiene una relación amorosa con Pedro. Él, quien es el galán de la secundaria, le falta el respeto a su pareja con otras mujeres, pues tiene más novias. El estilo de narración es la división del cuento en cuatro apartados. 2. “Cinco de la tarde”: el protagonista es un estudiante de octavo semestre de facultad. Sus defectos son: la preocupación, el querer hacer todo perfecto y el querer ser el mejor de su grupo. Sin embargo, se encuentra en la penosa situación de reprobar una materia. El estudiante tiene una cita con su profesor, mientras espera el autobús que lo llevará de Alcaraces a Colima, recibirá un consejo de don Silvio Manuel. El estilo de narración es una leyenda debido al ser sobrenatural que se menciona. 3. “De cómo el Capitán Pérez-Reverte me armó caballero de las letras y todo lo demás”: el protagonista es un reportero que tiene la dicha de conocer a Arturo Pérez-Reverte, antiguo corresponsal de guerra y escritor. La tarea del reportero consiste en escribir una crónica de la visita de ese personaje ilustre en el estado de Colima. El reportero reflexiona sobre el oficio de la escritura. El estilo de narración es la crónica dividida en tres apartados. 4. “El balón”: el protagonista es un niño que juega con un balón mientras su mamá habla con la directora de su escuela, tenía días que no asistía a clases por la muerte de su padre. El narrador hace énfasis en los zapatos que trae puestos el niño porque son los de su papá; con este hecho se muestra la pobreza material de la familia. El estilo de narración es el uso de la analepsis, técnica que altera la secuencia cronológica de la historia. 5. “Mariachi”: la voz narrativa hace énfasis en el personaje de la abuelita que les contaba historias a sus nietos, una de ellas es la del mariachi, donde al abuelo le gustaban los bailes, la bebida alcohólica y las mujeres. Cierto día asustaron al abuelo, a sus amigos y a las queridas, ya que escucharon un mariachi, el cual no lograron ver. La voz narrativa ofrece un final alternativo a la versión de la historia de la abuelita. El estilo de narración es el uso de la analepsis, la leyenda y la división del texto en seis apartados. 6. “Kalín”: el protagonista es René, un estudiante de la universidad. A través de sus recuerdos el lector puede unir los cabos sueltos sobre lo que le pasó a su hermano Kalín; él tenía de amigo a Jetzabel, quien era temido en el barrio, las personas aseguraban que se dedicaba a la venta de drogas y debía muertes. El estilo de narración es el uso de la analepsis y la división del texto en catorce apartados. 7. “El circo”: el protagonista es un adolescente que se enamora de Xuxa, la conoce en el trabajo de ella. En el circo se encuentra plasmada la decadencia. Por ejemplo, los espectadores observaban que la cirquera Xuxa padecía de hambre y sueño; o el show del león, el animal se encontraba tan viejo y cansado que no realizó su espectáculo. El estilo de narración es la descripción de los hechos siguiendo una cronología. 8. “El Dragón de la princesa”: el protagonista es el hombre de mediana edad que sale a buscar a la princesa Marisol. El hombre se cuestiona sobre la razón por la que uno se convierte en caballero. La voz narrativa pinta a una princesa interesada, a una doncella sensual y a un dragón triste por su destino. El estilo de narración es insertar los personajes de un cuento de hadas, pero concederles otras cualidades. 9. “En la plaza”: el protagonista es Ernesto, quien espera a sus amigos de la facultad. Él está de vacaciones en la ciudad de Colima, viajó desde la Ciudad de México con el objetivo de entender algo de sí mismo, ya que su vida estaba por tomar el rumbo del matrimonio. El estilo de narración es la analepsis y un final abierto. 10. “El jugo”: el protagonista es un niño sin nombre. Él se encuentra en una iglesia recibiendo el sacramento de la primera comunión. La voz narrativa hace énfasis en el contraste de la vestimenta del niño con la de sus otros compañeros, por lo que, se infiere que el niño pertenece a la clase baja y los otros a la clase alta. El estilo de narración es la descripción de los hechos siguiendo una cronología. 11. “El Maverik”: el protagonista es el hombre que sufre un accidente automovilístico. Él recibe ayuda de un sacerdote egoísta, ya que se vio obligado por sus dos acompañantes, unos jóvenes estudiantes. Al protagonista se le puede relacionar con la figura de Jesucristo. El estilo de narración es comenzar y cerrar el texto con una misma idea. 12. “Pituca y petaca”: la voz narrativa corresponde al amigo de Pituca y Petaca, dos travestis de quince años. Ellos representan la ingenuidad y la alegría de la adolescencia, mientras que, el amigo representa la soledad y la depresión que deviene tras una ruptura amorosa. La muerte de uno de los travestis hará reflexionar a la voz narrativa sobre su vida. El estilo de narración es en forma epistolar. En suma, recomiendo De princesas, dragones y otras indecencias por los diversos estilos –la crónica, la epístola o la división en apartados¬– que utiliza Jorge Vega Aguayo para narrar sus cuentos, como ya se señaló anteriormente en cada uno de ellos. Además, se muestra la ruptura con la estructura tradicional de un cuento de hadas. Ésta sucede cuando el autor inserta los personajes de una literatura infantil a una literatura para público adulto y/u omitiendo un final feliz. El ejemplo más claro con Vega Aguayo es el cuento “El Dragón de la princesa”, donde se le da un mayor protagonismo al dragón con su infinita tristeza. De esta manera la ruptura le cede el paso a: el amor/desamor, las crisis existenciales, la delincuencia, la pobreza material, el egoísmo y la muerte. Todo esto ocurre en espacios geográfico del estado de Colima, como Alcaraes, Quesería, Comala, El Tívoli, entre otros.

¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

 En palabras Llanes     I Una vez más México hace historia; otro 19 de septiembre que « retiembla en su centro la tierra al sonoro...