Saturday, May 07, 2022

Masterchef junior

 En palabras Llanes


 

Este espacio también es para escribir sobre cosas que nos gustan; además de leer y escribir, otra de las grandes pasiones es cocinar. Uno de mis programas favoritos ha sido masterchef, he visto todas las temporadas, me dio un algo cuando mi chef favorito: Benito Molina, le dijo adiós a este proyecto, hace ya unas dos o tres temporadas atrás. Sin embargo, masterchef se reinventa y el pasado viernes, por la cadena de televisión que ya conocemos, arrancó la nueva temporada ahora dedicada al público infantil, pero eso no es todo, trae consigo varios cambios…

              Sabíamos que Anette Michel ya no iba a estar al frente de la conducción, nos quedó claro cuando la conductora firmó, hace un par de años, para Televisa y se fue a buscar otra oportunidad laboral allá, en su lugar, para la temporada Celebrity del mismo masterchef, se contó con la presencia de Rebeca de Alba. Al momento Anette Michel no ha hecho nada en Televisa.

              Esa temporada Celebrity, que es la más reciente, estuvo un tanto atropellada, varias celebridades resultaron contagiadas de Covid-19, por lo que se tuvieron que ausentar como: Aida Cuevas y Patricia Manterola; la misma Rebeca de Alba estuvo ausente algunos programas por eso y, bueno, resultó así, atropellada y a la mitad ya había cansado, de esa temporada el ganador resultó Germán Montero, cuando mi gallo, por el nivel de cocina que mostró fue Paco Chacón, el exárbitro de futbol.

La anterior temporada, donde resultó ganadora Adriana Salcedo, se dijo, desde antes de arrancar las transmisiones, que ella iba a ser la ganadora. Cierto es que masterchef ha perdido algo de credibilidad, desde la pandemia por el Covid-19 donde las audiciones tuvieron que hacerse en línea, desde ahí algo se ha roto.

Para esta nueva edición, la temporada número diez u once, donde otra vez toca el turno de los pequeñines, trajo consigo varios cambios, de entrada ya no estará más el chef Herrera con su humor característico, así que de la tripleta que arrancaron este proyecto, chef Betty, chef Benito y chef Herrera, sólo quedará Betty; Herrera se fue con todo su humor a conducir masterchef latino junto a Benito Molina, un reality que, para mi gusto, no ha terminado de despegar en su segunda temporada en curso.

Otro de los cambios que trajo consigo este estreno de la nueva temporada de masterchef junior, es que se incorpora el chef Franco Noriega, un empresario, modelo y chef peruano, en los controles está nada más y nada menos que Tatiana, resurgiendo como el ave fénix desde sus cenizas, claro, para enganchar con el público infantil.

Por otro lado, los niños, con su ingenio, su creatividad, sus comentarios, nos sacan la risa, nos presumen sus sueños, nos presumen sus platillos, los más pequeños tienen ocho años y los más grandes doce y es justo lo que debe estar haciendo un niño o una niña, realizando sus sueños, llevando a cabo lo que les gusta hacer… no como en Colima, donde me tocó, el otro día, estar en medio de un simulacro sobre lo que se tiene que hacer en caso de estar en medio de una balacera. Masterchef junior viene a refrescar un poco la barra de entretenimiento de la televisora del Ajusco, aunque se puede seguir a través de YouTube.

  Apenas fue el primer programa del reality infantil más visto en México y ya van dos expulsados. Seguro que podrán continuar con sus sueños de convertirse en grandes chefs o en lo que quieran ser, menos en niños que se ocultan pecho tierra de alguna bala perdida, como lo hacen los niños y las niñas en #NuestraColima…

Foco rojo en la alfombra roja

 En palabas Llanes


 

Yo no sé si fue actuado o no. El caso está en boca, ojos, manos, textos de propios y extraños, quizá más extraños a propios. Mucha gente ha comentado el hecho. Unos a favor, otros en contra. Hay quienes sólo han visto el hecho, impropio, de Will Smith al levantarse de su asiento, en el Dolby Theatre de Los Ángeles, California, donde se estaba llevando a cabo la entrega de los premios Oscar, en su edición número noventa y cuatro y propinarle tremendo golpazo a Chris Rock.

              Todo marchaba tranquilo, sin contratiempos y ningún tipo de exabrupto, cuando de detrás del escenario (tras bambalinas como suele decirse), salió la figura de Chris Rock, el actor y comediante quien iba a presentar, justamente, una de las ternas al mejor largometraje documental; al arrancar su rutina y casi en medio de esta, Chris Rock hizo un chiste de mal gusto sobre la alopecia, a consecuencia del estrés, de la esposa de Will Smith, Jada Pinckett. El chiste versa en torno a una película de Demi More donde la actriz, para entrar al ejército, se rapa el cabello al estilo G.I. Joe. Rock mencionó que ansiaba verla en esa secuela. El auditorio rompió en carcajadas, la cámara hizo un acercamiento al rostro de Jada Pinckett Smith haciendo una mueca molesta e incómoda tras la broma de Rock…

              Repito, yo no sé si actuado o no (hay quienes opinan esto), el actor de películas como: Yo, robot, Los hombres de negro, En busca de la felicidad, entre otras, se subió al escenario a acercarse a Chris Rock y cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, le propinó una cachetada que dejó a la concurrencia atónita y, seguro estoy, a Rock viendo estrellas. Regresó tranquilamente a su asiento en el teatro y vociferó, ya sentado en su lugar y dirigiéndose a Chris Rock en quitar de su maldita boca el nombre de su esposa, lo dijo en un par de ocasiones y la última gritando muy encolerizado. Rock, sólo hizo hincapié en la bofetada de Smith diciendo que le dio una buena… y siguió en lo suyo, el auditorio no daba crédito.

              Las opiniones están divididas, hay quienes dicen y sólo ven la actitud exagerada de Will Smith al propinar un golpazo y generar violencia; en un evento visto por millones de personas en el mundo entero, dejando en tela de juicio la imagen del actor y de paso la imagen de la academia de los premios Oscar; otra parte del público opina sobre la reacción de Smith fue la idónea porque no se pueden normalizar estas cuestiones disfrazándolas de “bromas, a final de cuentas es también violencia y violencia verbal” y mucho menos en estos días donde tendemos a conducirnos política y socialmente con coherencia y siempre poniéndonos en los zapatos del otro.

              Más adelante, Smith recibió la estatuilla a mejor actor y, en su discurso, además de pedir disculpas: a la academia y a los demás nominados (nunca mencionó a Chris Rock), agregó: “en esta industria tiendes a soportar faltas al respeto y actuar como si aquí no hubiera pasado nada y seguir con una sonrisa y ver siempre hacia adelante”; sin embargo, hay días donde el cuerpo, la mente y el ánimo, no están para aguantar nada y, en un mundo normal (quizá utópico), no deberíamos aguantar absolutamente nada de nadie (todo esto lo agrego yo).

              El hecho fue televisado, grabado y quedará ahí, para la posteridad. La violencia siempre generará más violencia. No se pueden seguir haciendo este de violencias verbales, disfrazadas de chistes. La academia debe replantearse bien todo esto y analizarlo a fondo. Tan mal hizo Smith al levantarse y externar su molestia, como mal lo hizo Rock al hacer este tipo de “bromas” y, mucho más mal lo hizo la academia si previo a todo esto, hay días, semanas, meses de ensayo… Sin duda hay foco rojo ahí y en otros episodios (como el de Kirsten Dunst y otros más) donde se deben replantear muchas cosas…   

 

Hoy, como casi todos los días

 En palabras Llanes


 

Me levanto temprano. Oigo a lo lejos y mientras tomo un baño, el ulular de algunas sirenas, de coches que pasan con prisa. Pienso que ya pasó algo malo, que ya mataron a alguien, que ya hubo un suceso que involucra sangre. Quizá sólo sea una falsa alarma, pero es lo que persiste en el inconsciente colectivo de muchas personas y me incluyo. Todo lo que tenga que ver con patrullas, sirenas y ambulancias de inmediato y, casi casi en automático, se relaciona con un algún acto delictivo. Colima no era así. Colima era un lugar tranquilo, un paraíso (y lo sigue siendo el lugar) no así el ambiente que se vive. Conduzco por las calles para llegar a un laboratorio a temprana hora de la mañana. Un laboratorio que haga algunas tomas para un informe que requiero para mi hijo. Obviamente voy con mi familia. El cielo se torna claro pero todavía está oscuro a esta hora. Hay que recordar que ya cambió el horario y las siete de la mañana son, en realidad, las seis, a la naturaleza no podemos engañarla. A ella no. El cielo está más oscuro y sí, da miedo andar por la calle. Conduzco hacia el lugar, veo, a mitad de la calle, una patrulla atravesada con sus luces roja y azul. Pienso que algo malo pasó. Quizá los policías simplemente están haciendo su trabajo y nada más, pero la reacción primera es esa. Recuerdo entonces que muy temprano oí el aullar de las sirenas. La gente en Colima vive con zozobra. Ya no es lo mismo. Hace tiempo que esto ya no es lo mismo. Avanzo más porque tengo que pasar por ahí, quiera o no, ya no puedo regresarme. La patrulla sólo estaba detenida en medio del tráfico de las seis y media de la mañana. De nuevo viene a mi mente el recuerdo, mientras me duchaba, del ulular de algunas sirenas, quizá no se trata de nada malo y todo es producto de mi imaginación o del miedo o de la costumbre (qué feo que nos estemos acostumbrando a esto y no sé si uno pueda acostumbrarse a algo parecido). Oigo que alguien levanta la voz y volteo con miedo, oigo cuetes y tengo miedo. Un ruido fuerte me sobresalta, y tengo miedo. Se me empareja un motociclista y tengo miedo y quizá ese motociclista es una excelente persona, pero yo tengo miedo y mejor ni le dirijo la mirada, pero… y si no le dirijo la mirada y en realidad quiere hacerme algo a mí o a mi familia, entonces, ¿cómo me voy a dar cuenta? Uf, qué terrible es vivir así, con esta ansiedad. No se puede. Es mucho el estrés, mucha la inquietud, la incertidumbre, y sí, la zozobra. Y tengo miedo por mi familia, por mis hijos, por mi mujer, por mi gente, amigos y conocidos y por todos aquellos que han sido, sin conocerlos, víctimas de lo único que está bien organizado en este país... Ya no basta con lo cara que está la vida, que el dinero no alcanza, que los productos de la canasta básica están por los aires, inalcanzables, que las trasnacionales nos están matando con sus productos, que las medicinas son para pura gente que las puede pagar, que cada vez compramos menos y pagamos más, ya no basta con eso, ahora también hay que vivir cuidándonos la espalda, tener miedo del de al lado o estar alerta incluso del vecino (que muchas veces ni conocemos y, repito, puede que ese vecino o quien esté a nuestro lado sea la mejor persona del mundo) sí, con todo esto tenemos que vivir. Creemos o nos han vendido la idea de que todo aquél al que acribillan o lesionan en la calle es porque anda metido en “malos pasos” y no es así, no siempre es así; y entonces la gente nos voltea la historia y dicen que quizá lo mataron porque no pagó su “derecho de piso” y quizá tampoco sea así. ¿Derecho de piso? Tengo el derecho de pisar donde yo quiera porque México, que yo sepa, es un país libre. Muchas personas que tienen nombre y apellido han caído abatidas por quién sabe qué manos asesinas. Han caído dejando familia, gente desconsolada, dejan también un halo de misterio y de terror, sí, de terror en el resto de la población. Porque si yo algo quiero al terminar mi jornada laboral es llegar a la casa y ver a mi hijo, abrazarlo, verlo caminar, sonreír, ver su inocencia en medio de este mundo fiero que está en descontrol y del que ya, sin quererla ni deberla, forma parte y le estamos dejando no sólo a él, a todos. ¿En qué momento mi país se convirtió en un cementerio callejero? ¿En qué momento se nos hace tan fácil portar un arma y más fácil aún, apuntarle a una persona y todavía más fácil jalar de un gatillo y, por si esto no fuera poco, mucho más fácil todavía privarlo de la vida y se las pongo más fácil aún, hacerlo todo a plena luz de día y en plena avenida(s) súper transitada(s)? ¿En qué momento? ¿En qué momento nos estamos desmoronando como sociedad y matándonos a nosotros mismos? Stephen  Hawking en uno de sus tantos artículos predice las tres cosas que acabarán con la humanidad, una de ellas será por la inteligencia artificial; es decir, la tecnología y sus avances desmesurados; la segunda sería si alguna vez encontramos vida extraterrestre, esta no sería para nada amistosa con la humanidad y terminarían destruyéndonos por estar miles de años más avanzados que nosotros y; la tercera y que tenemos justo en la tierra y más cerca de lo que pensamos es la agresión humana, sí, la humanidad destruyendo a la misma humanidad, el hombre destruyendo al hombre, esto sin duda podría acabar con la especie hasta extinguirla y creo que ya estamos llegando a este punto. Qué lejos, literalmente, quedó aquel poeta y gobernante prehispánico de nombre Nezahualcóyotl que dice:

 


 

Amo el canto del cenzontle

Pájaro de cuatrocientas voces

Amo el color del jade

Y el enervante perfume de las flores

Pero amo más a mi hermano… el hombre.

 

 

Hemos llegado al punto de no amar al prójimo, como iguales, como humanos, como hermanos. Va este texto para todos y todas las víctimas que tienen nombre y apellido y que han caído abatidos. Va por todos ellos/as de los que no sé su nombre pero que sin lugar a duda son humanos, son hermanos, son iguales a mí. Vivimos con angustia, vivimos con miedo, vivimos con rabia e impotencia y no sabemos si este día en el cual traigo una playera con el calendario azteca sea la última prenda que vista y sea el último día que llegue con bien a mi casa.

Punto, fecha y firma, así lo dejo escrito…

¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

 En palabras Llanes     I Una vez más México hace historia; otro 19 de septiembre que « retiembla en su centro la tierra al sonoro...