Monday, February 28, 2022

Vienen buenos tiempos para…

 En palabras Llanes


 

 Poco se habla ya de pandemia; cierto, existen muchas burbujas de protección que hacen que el virus esté, digamos, controlado: está la vacuna, seguir con el cuidado extremo o no, que ya sabemos, lavado frecuente de manos, uso correcto del cubrebocas (el virus, si nos va a dar, nos dará con cubrebocas, sin él y a pesar de él), el uso del gel antibacterial y la sana distancia; aunque esto último, sobre todo en los centros escolares, es muy complicado de controlar…



              Sin embargo, las noticias parecen volcarse en los hechos violentos que han tenido a Colima en el foco de atención de todos los medios locales y nacionales. El covid-19 parece que ha pasado a segundo o tercer lugar. Lo que aterra ahora a la población es, que nos hallemos en el lugar y el día equivocados o que nos confundan con alguien y quedar ahí. Lo que aterra a la sociedad colimense es estar expuesta y, por desgracia, siempre lo estamos al salir a dejar a nuestros hijos a la escuela, al ir al trabajo, ir a recogerlos y llevarlos a sus actividades vespertinas, lamentablemente siempre estamos expuestos, siempre estamos ahí, en el ojo del huracán y no sabemos de dónde o por dónde nos pueda venir el ataque. La exposición es algo inevitable donde pagan justos por pecadores. Y donde tenemos, inevitablemente, que salir de nuestras casas en busca del sustento diario.

              A nivel nacional es ridículo que el presidente se enfrente o enganche en una reyerta de dimes y diretes con Carlos Loret de Mola, ¿cuándo se va a poner a gobernar?, ¿cuándo va a dejar de estar en campaña y ponerse a trabajar para todos/as los mexicanos?

Creo que la sociedad conoce a Loret de Mola (no lo voy a defender) y también conocemos a Obrador (tampoco lo voy a defender), es increíble que todo el poder, todas las fuerzas se vayan en saber cuánto gana y de dónde un periodista como Loret. Quiero creer a veces que lo de Obrador es una broma, que esto que hace es una vil broma, pero los índices van al alza: la delincuencia, la carestía e inflación nos dicen otra cosa, amén del mal manejo de la pandemia que nos tiene en números rojos y como el país con los índices más altos. Lo bueno es que viene la famosa revocación… y ahí podremos ajustar cuentas.

              A nivel local, acontecimientos policiacos que aumentan cada día, uno escucha sirenas y movimiento de vehículos a altísima velocidad y un frío nos recorre el alma. Cada colimense con quien platico me comenta de alguna situación violenta ocurrida por su barrio, cuadra, calle, cerca de su casa etcétera. Todos los días nos desayunamos, comemos, cenamos o merendamos una noticia que involucra un hecho violento. Esto es lo que están consumiendo nuestros hijos/as. Pancartas en las escuelas con un mensaje claro y otro que va implícito, hechos violentos que han sorprendido a toda la sociedad. ¿Y las supuestas autoridades?, uno publicando, de manera muy clasista, por cierto, que saldremos adelante, que el pueblo colimote es fuerte y pone a la par hechos violentos con los son provocados por la naturaleza como ciclones, terremotos etcétera; la otra, sin decir nada, felicitando a jefas de gobierno de otra entidad, mientras #NuestraColima se cae a pedazos.

              Decían en cierto eslogan que Vienen buenos tiempos para #NuestaColima y, por lo menos, en estos poco más de cien días en el cargo yo no he visto nada bueno; espero que la situación mejore tanto a nivel nacional como a nivel estado porque la gente tiene miedo, está espantada, indefensa y no sabemos qué hacer…

              Para colmo, las cosas, los productos cada día están más caros, ello nos obliga a trabajar más, a estar más expuesto a las balas, a los ires y venires de los vehículos que pasan a toda velocidad, a la incertidumbre de la bala perdida, por ir a salir a buscar víveres, agua, medicina por medio de nuestro trabajo.

              A nivel estatal crece zozobra, el miedo y la terrible incertidumbre… ¿Dónde están esos buenos tiempos para #NuestraColima?

Por pandemia o por violencia

 En palabras Llanes

 

 

Es jueves 10 de febrero de 2022. La noche de anoche fue particularmente tétrica; en la calle sirenas, coches a alta velocidad, perros aullando, pasos de gente que corre, mucho ruido, cualquier sonido del exterior de la casa hacía que mi mujer y yo nos volteáramos a ver aterrados, abriendo grandemente los ojos y con una expresión intranquila, de asombro, de espanto. Los días se han superpuesto así, violentos, donde los hechos que involucran sangre parecen ser del diario.

              Hay fechas impostergables y hoy jueves fue una de ellas. Salí a la calle con todo el temor del mundo, observando (que no viendo) para todos lados. Con el valor bien adentro caminé del bachillerato número cuatro a la Maclovio Herrera; el recorrido lo hice en diez minutos, quince cuando mucho. En los ojos de los colimenses se notaba incertidumbre, desazón; en tres días sumamente violentos, la autoridad del estado no se ha pronunciado para nada. El silencio nos carcome las entrañas y también interpreta algo, mucho. El que calla otorga. La comunidad no sabe qué hacer, qué no hacer. Volteaba a ver a todos y todos me volteaban a ver a mí, con desconcierto.

              Las clases en diversas escuelas se han cancelado a consecuencia de los actos delictivos. Regresamos otra vez a virtuales cuando estábamos, apenas, agarrándole el gusto a retomar a las actividades presenciales escolares, luego de casi dos años de estar en confinamiento. Cuando no es por la contingencia sanitaria es por violencia que tenemos que resguardarnos en la casa; en días de pandemia nos dijeron que eran sólo cuarenta días, y ya vamos a ajustar dos años y la pandemia aún no se ha terminado, sin embargo ya estamos de regreso en las aulas; en el caso de la violencia no se sabe cuántos días estaremos en resguardo, las autoridades hablan de cancelar actividades escolares, por lo pronto, jueves y viernes para retomar el lunes venidero, lunes 14 de febrero que es día del amor y la amistad y lo que menos tenemos o lo que menos se ve en la sociedad colimense es justo esto, amor y amistad.

              Me topé, en mi recorrido, con muchos negocios cerrados. Pensé de nuevo que la economía se verá afectada sobremanera, no terminamos de reponernos de esto y no es cierto que veníamos bien y llegó la pandemia como dijo AMLO. La actividad en la calle no es la de un jueves por la mañana, donde algunos van a la escuela, otros al trabajo, los demás a sus negocios y otros a vivir la vida. El más ateo se persigna ante cualquier imagen religiosa a su paso; me di cuenta de ello al andar por el centro de la villa y ver gente fuera de la catedral (San Francisco) rezando, persignándose, persignando a sus hijos pequeños, lo noté también en la iglesia de San Francisco de Asís, gente viendo para la iglesia, orando, elevando una plegaria, totalmente desconcertados. Dicen que pensar en el color rosa mientras oramos, calma un poco el alma, no lo sé de cierto…

              El corazón me da vuelcos y camino a paso mega veloz, más de lo acostumbrado, tengo que llegar a mi casa; hay mucha confusión en maestros, alumnado, en la gente y tengo que orientarlos aunque yo mismo esté desorientado o sin comprender todo esto, no salimos de una y estamos inmersos en otra.

Puedo ver que algunos son ateos por la mirada, esa mirada que es la ventana al alma y que dice muchas cosas aún con el cubrebocas puesto. Sin embargo, la mirada de nuestra gente es diferente, los que llevan el rostro descubierto se ven desconcertados, quienes usan cubrebocas se les nota el terror en los ojos; al pasar junto a ellos se hacen a un lado, como si yo fuera el delincuente, no voy en mi mejor gala, debo decirlo también, llevo ropa deportiva para poder caminar velozmente, yo tampoco confío en nadie, nadie confía, en realidad, en nadie y estamos en esta misma tierra, tierra de nadie.

De cualquier manera, la gente tiene que salir a buscar el sustento de sus familiares, vendedores ambulantes que caminan con zozobra, analizando a cada persona que pasa junto a ellos. Es una mañana extraña, diferente, que yo recuerde es la primera vez, por lo menos la primera vez en muchos años, que se cancelan actividades escolares debido a la delincuencia. El gobierno sigue haciendo mutis y yo me pregunto ¿Para eso querían llevar las riendas del estado?

A veces dan ganas de no tener ninguna red social, mucho menos teléfono celular, para no vivir al tanto de estos bombardeos noticiosos que nos ponen mal, siento que el estómago no da para tanto y que la vida, antes de estos aparatos era feliz. Seguimos sin saber qué hacer, ni para dónde hacernos, el silencio también comunica y, en este caso, desconcierta y, dijera el poeta…y costras de silencio, asfixian, matan, resucitan… aunque esto último vemos que siempre no. ¿Será cierto que tenemos el gobierno que nos merecemos? Quiero creer que no…

 

 

El mal manejo de la pandemia

 

En palabras Llanes


 

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo, en alguno de sus momentos, esos momentos AMLO, que íbamos muy bien y nos llegó la pandemia. Quizá en AMLOLandia, tierra de los abrazos y no balazos, aquella en donde combatimos la pandemia con imágenes, quizá allá sí vayan a todo dar y no alcanzan a ver lo que sucede con los de abajo, como sucedía un poco en tiempos de Peña Nieto, un efecto similar donde sólo unos cuántos eran los beneficiados y el resto vivíamos en el país de las esperanza o desesperanza.

Esa misma AMLOLandia es la tierra de las ilusiones donde mezclamos el cuidado sanitario que requiere la pandemia por la que estamos atravesando, con hechos como no robar, no mentir y no traicionar que, a decir del mismo cabeza de algodón, son el poder para evitar los contagios por coronavirus; pero vemos que al mismo presidente, que, según esto, predica con esto, ya se ha infectado dos veces y vive para contarla, claro, con la debida atención, sin hacer filas interminables en los centros de salud y viviendo como un rey en un gran palacio así… pues qué chiste. Sin embargo, el señor que se decía el mesías, el mero gallo, sigue en la necedad (como siempre lo ha sido) y continúa sin usar el cubrebocas, en fin. Si la cabeza está mal, el resto del cuerpo no va a estar mejor y el país está más hundido que nunca.

              Desde el inicio de la pandemia las cosas se hicieron mal y no es cierto que veníamos bien y nos llegó la pandemia como mal dijo el cabeza de algodón, no, para nada, si acaso íbamos y nada más. Se nos mandó a casa cuando la pandemia estaba en su arranque, obviamente los índices en nuestro estado eran cero, marzo, abril, mayo y hasta junio, los números tanto de contagios como en defunciones eran mínimos para #NuestraColima, pero a mediados de 2020, nos colocamos pronto en números rojos. Se nos dijo, primero, que serían cuarenta días de guardarnos en casa y poco a poco fueron pasando los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses, para mediados de año la sociedad colimense estaba harta de seguir en casa, habría que salir a la calle a buscar comida, a trabajar para generar un ingreso, ir por víveres, agua, medicamentos, visitar a la familia o, por lo menos, estar cerca o al pendiente de ellos. Nadie se imaginaba que esto se iba poner peor. Y llevamos así ya, dos años. Los expertos decían desde un inicio que esto iba para largo, pero el gobierno federal, en la necia siempre, decía lo contrario, que ya estábamos domando la curva de contagios.

              El año 2021 fue la resaca de lo que nos dejó y que sigue dejándonos 2020. López Gatell decía una cosa y Andrés Manuel otra, las cifras empezaron a “maquillarse”, el número de expedientes, de casos, de muertes fue poco a poco en aumento, los hospitales llegaron a tu tope máximo, sin posibilidad de atender a nadie más. Vino una segunda ola de esta pandemia que nos pegó menos fuerte o igual, ya a estas alturas no lo sé de cierto, hay una tercera ola, estamos en la cuarta y quién sabe si venga una quinta, sexta o infinita como infinita es la numeraria. Y el presi dice que vamos bien, que aquí no pasa nada, que México es ejemplo del manejo de la pandemia y lo dijo en la reunión en y con la gente de la ONU, qué cinismo. Tan no pasa nada, que ahora, en estos días que corren de mega contagio, el gobierno federal o local, ambos del mismo partido MORENA, dicen que estamos en verde, así las cosas.

              Esta variante, dicen los expertos en epidemiología, es el comienzo del fin, es el contagio masivo para debilitar el virus. Ya estamos vacunados, algunos con dos, otros hasta con tres dosis, quizá algunos con una y los que decidieron no hacerlo, tenemos una burbuja más de protección contra este fenómeno que parece no dar tregua, un respiro, pero tenemos que seguir con los cuidados y protocolos que ya conocemos, uso del cubrebocas, gel, toma de temperatura, aunque el virus no conoce o no presenta, en algunos casos lo de la fiebre.

Sin embargo, en palacio del gobierno hay un paladín que se cree súper héroe y desdeña el uso del cubrebocas, vamos, desdeña al mismo virus y lo abarata y da el ejemplo a sus fieles seguidores, que sí los tiene, de no usarlo y eso está muy mal y por eso estamos como estamos, de ahí que los seguidores de AMLO, líderes en puestos clave en el gobierno aunque de ese puesto no conozcan nada como en muchos casos de #NuestraColima, se desentiendan del uso de la mascarilla y hacen menos el, verdaderamente #QuedarseEnCasa, pero eso sí, le recuerdan a la población que deben usar el cubrebocas y seguir los protocolos; o sea, que nadie los entiende.

Ahora es cuando deberíamos de estar en casa, es el momento y no desde cuando nos mandaron sin saber nada de esta pandemia. Estamos haciendo las cosas al revés y el gobierno federal ha manejado muy mal esto de la pandemia. Sin embargo, se ponen como ejemplo a nivel internacional y eso es muy cínico, muy muy cínico de su parte.

AuraCarlosFuentes

Thursday, February 10, 2022

Un gobierno que parece no hacer nada, O cómo seguir en campaña

 En palabras Llanes


 

Parece que este nuevo gobierno no sabe nada de nada. Ridículas resultaron las declaraciones del secretario de seguridad Manuel Llerandi Ruiz, tras el incidente (como así calificó, minimizando el hecho, la gobernadora del estado, Indira Vizcaíno Silva, los acontecimientos ocurridos la semana pasada al interior del CERESO donde perdieron la vida nueve personas).

En la única declaración a nivel nacional que pude escuchar (con Azucena Uresti para Milenio TV), se nota a un secretario de seguridad que no tiene idea de nada, no tiene verificados los hechos, lanza supuestos como que el arma que se accionó al interior del centro penitenciario fue “lanzada” desde afuera del reclusorio, en un hecho que sólo Tom Brady y su portento de brazo podría llevar a cabo, en fin, una serie de datos sacados de lo más ridículo de lo más ridículo de la ficción más ridícula de la que se tenga nota. Además, se le oye nervioso, dubitativo, exasperado y hay una cantidad terrorífica de silencios que muestran la inseguridad del secretario que debería tener más seguridad.

El gabinete parece no estar dando resultados. #NuestraColima está peor que antes. Sé que mucho es herencia de otros gobiernos que, por supuesto, no defiendo ni defenderé, pero los Morenistas, encabezados por la ahora gobernadora, pensaron que tenían la varita mágica para en un tris-tras resolver los problemas que trae consigo un tejido social frágil desde hace muchos años, como el que tenemos en nuestra entidad.

Recuerdo que cuando Fox ganó la presidencia de le república, allá por el año 2000 y se dio, por fin, la alternancia partidista, muchas personas creyeron que de la noche a la mañana todo iba a cambiar, como si setenta años de gobiernos priistas (en su mayoría malos), no pesaran y se fueran a la borda (así de sencillo) y todo fuera un terrible sueño del que acabábamos de despertar, para hacerlo en Foxilandia donde todo sería diferente. Quizá y a la fecha sigamos sumidos en ese sueño que parece eterno.



La experiencia y el paso de los años nos han dicho que esto no es así, que las cosas no funcionan de esta manera. En esta ocasión, en #NuestraColima, está pasando exactamente lo mismo que hace veinte años a nivel nacional. Se respiraba, verdaderamente un aire de cambio, una primera alternancia en el poder, lo que nos llevaría a tener a la segunda gobernadora mujer; la gente pensaba que ahora sí era el tiempo de la gente, por la gente y primero la gente, pero no ha sido así y parece que no aprendemos la lección. Lejos está de funcionar bien este nuevo gobierno.

Con un secretario de seguridad que no tiene idea de nada, con un subsecretario de cultura que defiende lo indefendible y que se maneja muy mal por redes sociales (y que, para mí, debería alejarse de ellas y no engancharse con la gente que lo critica y que si lo hace es por algo), con esto, parece que #NuestraColima se desmorona; cada día se lee sobre un hecho delictivo, una desaparición más, un suceso que involucra sangre y una efeméride que no tiene razón de ser, banalidades que los secretarios/as subsecretarios/as hacen para decir que están trabajando en pro de la ciudanía.

Pareciera como si siguieran en campaña cuando ya son gobierno y deberían de gobernar, de ponerse a trabajar, pero bueno, creo que siguen los pasos de su mentor que, desde que está en los pinos, perdón, en palacio de gobierno (viviendo como rey) no ha hecho otra cosa más que seguir en campaña, impulsando a la jefa de gobierno o al secretario de relaciones exteriores para continuar en el poder. ¿Esto es hacer las cosas de manera diferente al PRI o del PAN? La pregunta está en el aire…  

¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

 En palabras Llanes     I Una vez más México hace historia; otro 19 de septiembre que « retiembla en su centro la tierra al sonoro...