En palabras Llanes
Mucho se dice del Covid no sólo
en nuestra entidad sino en el mundo entero; que, si ya estamos en la tercera
ola, que en Corea y en otras latitudes van por la cuarta ola y esto parece, en
efecto, no tener fin.
Parece que Colima atraviesa su peor racha: la
pandemia nos tiene en semáforo rojo (cuando ya se nos cocían las habas por
regresar porque, según esto, ya estábamos o estamos vacunados), ahora parece
que vamos peor porque puede suceder que, por estar vacunados, estemos
contagiando a los que no se vacunaron o a los que todavía no reciben su vacuna y
a cualquier otro sector, por eso ahora vemos que la enfermedad (que ha mutado en
esta nueva variante llamada delta) le ha pegado a nuestros hijos e hijas, un
sector muy vulnerable que nos puede mucho y nos pega fuertemente.
No obstante
con ello, las finanzas parece ser que también están en números rojos y ya vino
el presidente de la república con toda su parafernalia a rescatar al pueblo
colimense de los malos manejos del gobernador y su séquito; mal manejo que
viene de tiempo atrás y no hay que hacerle al tarugo; no defiendo a Ignacio
Peralta Sánchez (ni que hubiera votado por él y si lo hubiera hecho tampoco lo
defendería, no se puede defender lo indefendible), pero tampoco el presidente
es el gran salvador de nada; el país está hecho trizas y hay que ver también
que Colima está en rojo en actos delictivos y ya desde antes de la pandemia, se
giraba una alerta de viajes por parte del departamento de estado del gobierno
de los Estados Unidos, donde pedían a su población que evitaran viajar a Colima
y otras entidades más de nuestro país por el alto nivel de riesgos en delitos
como robo, secuestro y homicidio. No, parece no ser un buen momento para
Colima… pero ya vienen los salvadores y es cosa de esperar, aunque no se espere
nada y en realidad no hay que esperar nada. Lo mejor es trabajar para que las
cosas sucedan y se den…
La
situación del Covid en nuestra entidad es algo serio. El presidente de la
república dice que sí o sí se regresará a las clases presenciales en agosto,
pero lo cierto es que muchas escuelas no cuentan con agua potable, menos con
jabón y papel para lavarse las manos hasta en veinte ocasiones por personas en
un día de escuela. El color rojo en el semáforo no es para tomarse a la ligera.
La población así lo hizo y ahora vemos, de nueva cuenta, las consecuencias. Fue
una falacia eso de estar en verde casi por un día. Algún fin político y sucio
tuvo esto. Lo cierto es que ahora nuestros jóvenes están siendo víctimas de
esta enfermedad que no tienen parangón y si lo tuviese, sería como alguna otra
pandemia de esas de la década de los años veinte que se ha caracterizado,
especial y humanamente hablando, por ser pandémica. A saber: en 1320, la peste
negra; en 1520, la viruela; en 1620 una enfermedad desconocida a bordo del
Mayflower; en 1720 la Plaga de Marsella; en 1820 la Cólera; en 1920 la Peste
Neumónica y, finalmente en el año 2020, el Coronavirus.
El
regreso a clases de manera presencial debería esperar, las condiciones no están
dadas y menos ahora que tendremos muy cerca del campus central de la
Universidad de Colima, del Cbetis 19 y otras secundarias y escuelas aledañas,
un hospital móvil que resguardará a los enfermos de Covid que no estén tan
graves y que no requieran de alguna cama; la ocupación hospitalaria nos ha
rebasado y por eso digo que parece ser que no es el mejor momento para nuestra
Colima, como rezaba aquella sentencia… de campaña política que generó ámpula
(ese era en realidad el objetivo), pero que a la razón de la sintaxis está bien
dicha…
He
leído posturas muy recias en redes sociales, unos a favor y otros en contra
(bendita democracia), los a favor aseguran que hay que quedarse todavía en
casa, que ir a las escuelas sería matar a nuestros niños y niñas o mandarlos al
atolladero y más allá, los en contra dicen que ya se tiene que regresar que ya
la gente está en las calles, abarrota antros, restaurantes, bares, playas,
parques y jardines y es que luego de estar un año guardados entiendo que la
gente ya tenga ganas de salir, de besar, de tocarse pero… repito, las
condiciones aún no son las óptimas.
No
soy adivino para ver lo que nos espera o que está por venir, lo que sí es que
posiblemente venga la ley del más fuerte, del sálvese quién pueda, de que cada
uno se cuide como mejor le plazca y haga lo que mejor le convenga para cuidarse
y proteger a los suyos. La pandemia vino para quedarse y apenas estamos en
ciernes de lo que está por venir y nos espera… esto apenas es el comienzo y ya
se nos queman las habas para no usar cubrebocas y salir a la calle a hacer
nuestra vida normal, aunque no creo que luego de esta pandemia lo que venga sea
para nada normal o como antes y, menos ahora que en el estado tenemos un
llamado… #CódigoNegro… en fin.