Friday, March 22, 2019

Las mujeres del rock

Café exprés (Parte 1) Mucho antes que se hablara del empoderamiento de la mujer. Ya existían bandas o mujeres solistas que, con su voz, carisma y belleza cautivaron a toda una generación. En este breve artículo haré, someramente, un breve repaso por algunas de ellas. Seguramente dejaré a muchas fuera, pero es innegable que la escena del rock ha tenido a muy buenas exponentes, representantes o líderes de bandas conformadas por mujeres o sólo por mujeres. El primer recuero que tengo de una mujer con una voz mega potente y cautivadora es la de la bruja blanca, sí, Janis Joplin quien es y fuera todo un ícono en la escena mundial de la música rock. De ese periodo es innegable hablar de Jefferson airplane y de Blondie; dos bandas que, a la fecha, disfruto y, aunque diferentes en sus piezas melódicas, agradables a mi parecer y como oidor fanático que soy. Soy un tipo que creció en los noventa, rodeado de muchas corrientes musicales, creo que me tocó los orígenes del ahora llamado reggeton en uno de sus máximos exponentes de esa maravillosa década: El general. Pero no vamos a hablar de reggeton. A lo que voy, es que en los noventa bien sonaba buen rock and roll, pero también sonaba rap del bueno, del medianito y del de muy baja calidad y había, creo yo, de todo un poco. Alanis Morrisete fue otra voz que gocé en mi juventud. Bandas que eran conformadas únicamente por mujeres recuerdo a 4 non blondes, banda de hard rock formada en San Francisco, California lidereada por Linda Perry y compañía, ahora Linda Perry escribe canciones para Cristina Aguilera y es una muy buena productora musical, Elástica era otra banda conformada únicamente por mujeres, Elástica tiene un estilo peculiar para transmitir emociones, depresión, angustia qué sé yo. Courtney Love formó su banda a la llamó Hole. Y podemos agrandar y engrosar la lista al antojo de cada quien. Un grupo que me gustó su música pero era bastante fresón y nada que ver con el rock eran las Spice Girls y su poder femenino, una banda conformada por cinco mujeres.
Sheryl Crow tenía una imagen de secretaria sexy, sé que ahora me dirán sexista, pero en aquellos ayeres así era, amén de su imagen yo disfruta su voz. Joan Osbourne me motivó y movió ciertas fibra en mí, su disco Relish es una joya musical y su voz es un portento. Garbage, No doubt, Portishead, The cranberries (la muerte dolorosa y sorpresiva de Dolores Oriordan a inicios del año pasado llamó poderosamente la atención de todos sus seguidores). Seguramente mi lista quedará muy muy corta, pero fueron los años noventa donde la música pululó y había para dar y repartir. Natalie Imbruglia me cautivó en su momento. Los Smashing Pumpkins contaban entre sus filas con la magia, en el bajo, de D´arcy Wretzky, si bien no era la líder del grupo, es una bajista fenomenal. El fallecimiento de la cantante Aretha Franklin me puso a pensar en esta lista y en mujeres como Madonna que se ha forjado una carrera como cantante con pros y contras. En gente como Mariah Carey, Whitney Houston, Amy Winehouse, Björk en fin… gente que, aunque no propiamente rock, pero han contribuido a la escena musical con el portento de su voz. Katie Melua es inspiración plena y total; amén de belleza cautivadora. Esta lista es nada en comparación de lo que podemos escuchar a nivel musical de parte de las mujeres, en México surgieron también grupos Santa Sabina con la voz de la extinta Rita Guerrero, La Lupita y muchas más… pero esto es sólo una probada / 66 años de la Acpe.

¿Hay vida después de estudiar en la Falcom?

Cuando uno anuncia en casa, con bombo y platillo (como debe ser), que vamos a estudiar una carrera en el área de humanidades, cuando anunciamos que a lo que nos queremos dedicar el resto de nuestra existencia es a escribir, o al estudio de la lengua; en casa, (también como debe ser), todos los miembros de la familia pegan el grito en el cielo y nos tildan de locos, nos tachan de irreverentes, nos señalan con el dedo, dicen que somos la oveja negra de la familia y, las que más disfruto y disfruté fueron esas de que con eso nos vamos a morir de hambre o que para qué sirve y mil cosas más. La diatriba es interminable y terminan por no convencernos y, raudos, no quitamos el dedo del renglón hasta continuar y concluir. Perseguir un sueño, se llama este fenómeno que pocos entienden y que pocos más logran perseguir. Así le sucede a la mayoría de los que optan por estudiar una carrera relacionada con las humanidades. Yo estudié en la facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima; todo eso que comenté líneas arriba lo oí y viví en carne propia (era bullying, ahora lo sé) pero me aguantaba, no me importó porque yo tenía un sueño que poco a poco he ido cumpliendo. Ser atleta de alto rendimiento nunca estuvo en mi cabeza (ni me pasó por ahí). A esta edad que tengo si fuera atleta ya estuviera en la categoría de veterano y pronto en la de súper veterano. Rafael Márquez tiene cuarenta años de edad y su carrera deportiva, como jugador activo, está terminada. En los últimos partidos se le veía lento y lejos… muy lejos de aquél Rafa Márquez de antaño que hizo fama con el Mónaco en Francia y con el Barcelona en España, por supuesto surgido de las fuerzas básicas del poderoso Atlas. Muchos escritores y escritoras han empezado su carrera por el mundo de las letras a la edad del retiro de Rafa Márquez. Voy a poner un ejemplo de uno de mis escritores favoritos y que leí con harto frenesí en mis días de estudiante y que releo de cuando en cuando en mi poco tiempo libre o cuando me encuentro un texto (de su extensa biblioteca personal) en mi propia y módicamente extensa biblioteca personal en mi casa; me refiero al maestro oriundo en Azinhaga, Santarém en Portugal: José Saramago. El ejemplo de Saramago tiene trampa y moraleja. Él publicó en 1947 una novela que no tuvo mucha repercusión y, treinta años después editó Manual de pintura y caligrafía (1977). Pero no fue sino hasta 1980 cuando se publicó el libro titulado: Levantado del suelo, novela que se considera el verdadero inicio de su carrera literaria y que vio la luz cuando tenía cincuentaidós años de edad. Pasaron treintaitrés años entre su primera obra real y la obra con la que arrancó su vida literaria, y esto no impidió que el gran José Saramago volviera a publicar hasta conseguir en 1998 en premio Nobel de literatura. Toda su obra o gran parte de ella se la dedicaba, por cierto, a Pilar. He comentado con mis alumnos que uno podía encontrarse, antes de esa fecha, solitario y por los pasillos de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara al escritor portugués y nadie le hacía caso; casi casi podría decir que pasaba desapercibido, luego de esa fecha era prácticamente imposible acercarse al autor. El año pasado el país invitado a esa magna feria de libro fue Portugal y, claro, su plato fuerte fue José Saramago junto a Fernando Pessoa y muchos autores más, pero ellos sobresalían del resto. Clarice Lispector, Joao Almino, el mismísimo Joaquín María Machado de Assis no son portugueses propiamente (de terruño, pues), pero sí son brasileños y sin lugar a dudas el lenguaje, la lengua materna es lo que los hermana con Portugal. Como nos hermana a nosotros, estudiantes y egresados de las diferentes carreras que oferta la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima (y de cualquier otra universidad que oferte la carrera de letras) que a saber son: periodismo, lingüística, comunicación y letras hispanoamericanas; lo que nos hermana, nos conjuga y nos da identidad es el conocimiento pleno de nuestra lengua de origen: el español; traído por los conquistadores, obviamente. Ahí radica la importancia del estudio de la lengua y sus ramificaciones. Mostrar por medio de nuestros escritos, la percepción, la cosmovisión que tenemos del mundo. El lenguaje es un ente que está vivo y en constante cambio, es la forma en que nos podemos diferenciar del resto de seres que pueblan la tierra; aunque hay muchos estudios donde otras especies animales (delfines, águilas, murciélagos sólo por mencionar algunos), tienen sus propios códigos de comunicación; a diferencia de que nosotros podemos comunicarnos por escrito y de manera oral gracias al lenguaje, ese código de letras que hemos desarrollado para expresarnos y ser cronistas de nuestro tiempo y nuestro aquí y ahora, de este momento que nos tocó vivir porque, si conocemos la vida antes de… fue porque alguien la dejó por escrito, baste nada más echarle un ojo a las Cartas de relación y a todas las crónicas de indias que hablan de cómo era la vida en lo que se conocerá después como México, esto fue cuando la invasión de los conquistadores, porque ese no fue un descubrimiento de América como le mal llaman, no descubrieron nada; América ya existía y estaba poblada por nuestros antepasados, esto fue invasión, masacre, humillación, dominación, esclavitud, avasallamiento y otras vejaciones más. Las Cartas de relación (gracias al lenguaje) dan muestra a los reyes católicos de España la forma y condiciones de vida que tenían los grupos indígenas en nuestra tierra que fue terriblemente abolida. He ahí la importancia del estudio y preservación de nuestra lengua materna, de nuestra ideología y de la cosmovisión del mundo. La pregunta inicial era: ¿Hay vida después de estudiar en la Falcom?, claro que hay vida y una vida llena de pasión e identidad, de encontrarse y reencontrarse viendo en el otro, en la otredad, en las historias que alguien más nos escribe y leemos… nuestro propio reflejo, a nosotros mismos. Vernos en los ojos de cualquier persona así viva en la antípoda; esa es la condición. Los problemas de la humanidad son los mismos y de ellos tenemos que aprender y crecer gracias al conocimiento y al desarrollo de nuestro lenguaje. Miles de veces me han dicho que me voy a morir de hambre por estudiar letras, incluso hay quien llegó al cinismo de preguntarme que si estudiaba letras en cuál letra iba, repito, era un Bullying descarado del que he salido avante, pero a la fecha puedo decir que no me he muerto de hambre y, al contrario, he engordado por la buena fortuna que me dio estudiar en la amada Facultad de Letras y Comunicación. Hubo quien incluso me abatió vilmente (con palabras y aquí es donde entendí que la palabra hiere más o igual que la espada) cuando vio mi primer pago por mi trabajo periodístico; al analizar la cantidad (ella era cajera del, hermosa, por cierto), dijo: «que si eso ganaba no me alcanzaba ni para invitarle a un buen café». Me fui con el ego (y todo lo demás) herido, no supe qué responderle en ese momento. Yo, que iba emocionado por cobrar mi primer pago de la carrera que había estudiado, al salir de ahí estaba derrumbado y con un mísero salario en mi bolsillo. Ahora puedo decir que me alcanza para un buen café y para algo más. Y no, no es presunción, es calidad de vida y nada más. Y puedo decir también que esto es una pasión que… con el paso del tiempo… crece a pasos agigantados. ¿Hay vida después de estudiar en la Falcom?, claro que la hay… y muy buena vida diría y agregaría yo. / 66 años de la ACPE.

Tuesday, March 05, 2019

Somos lo que hemos leído…


Café exprés
No hay un método para fomentar la lectura. Y menos en un país como el nuestro donde las necesidades básicas son otras. Donde gastar en un libro se ve precisamente como eso, un gasto y no una inversión que rendirá frutos a corto o largo plazo; y donde se fomenta la lectura y no la escritura. No, no hay un método para enseñar la lectura por placer. Porque no todos los grupos son iguales y mucho menos porque todos los textos funcionan igual en grupos diversos. Lo que sí hay son estudiosos del tema y bibliografía al respecto. Mi gurú en ese sentido es Daniel Pennac con “El derecho de los lectores”, derecho que viene implícito al leer el libro Como una novela, donde unos papás tratan de guiar, porque a final de cuenta eso somos los papás, una guía, un faro… a un niño por el camino de la lectura, las letras y los libros. Juan Domingo Argüelles dice que debemos trabajar en pequeñas sectas, grupos que se reúnan de cuando en cuando a leer pero también a escribir, porque una actividad es inherente a la otra. Yo creo que se debe fomentar la escritura para así tener más y mejores lectores. Benito Taibo, otro gran promotor del placer de leer, en su libro Persona normal narra la vida de Sebastián quien a temprana edad se queda sólo (huérfano) y llega a vivir con su tío, el tío se va a convertir en mediador de las lecturas del pequeño. En un guía indiscutible… y las aventuras están por venir. Quedando en entredicho que el placer de leer empieza desde casa. Felipe Garrido, en el maravilloso libro El buen lector se hace, no nace (desde el título queda esto muy en claro) cuenta que a él le agradó sobremanera “La libertad de elegir”, libertad de elegir los libros que él quisiera, sobre las temáticas que él quisiera y que fueran atrayentes y adecuadas o no para su edad (eso él lo decidió); todo esto luego de que su padre lo llevara a una librería y le dijera que podría seleccionar dentro de ese universo infinito de posibilidades, el título, la portada, el tema, el autor o autora, los colores y lo que más le gustara de su libro favorito. Hago hincapié en que el gusto por la lectura comienza desde casa, quizá ese sea el único método efectivo. En Leo, luego escribo, Mónica Lavín nos deja un perfecto manual de sus lecturas (esas que la han marcado) y que si el cuerpo registrara todas las heridas provocadas por la lectura estaría llena de pequeñas cicatrices (algunas más profundas, otras más ligeras y livianas, otras menos notorias) que le han dejado los libros y las historias de los libros en ella. Y los complementa con cuentos que uno no pude sacar de su cabeza tan fácilmente y loe reúne en ese libro. Ricardo Garibay en su Oficio de leer se asume antes que nada como lector y algo que consiguió y que es raro de lograr… “que le pagaran por leer”, el mejor oficio es el que tengo, soy un lector, dice Ricardo Garibay. Benito Taibo, hombre más dedicado a las letras que a los números, saca cuentas de los libros que podría llegar a leer una persona en su vida, teniendo en cuenta que la vida lectora útil oscila entre los setenta y cuatro años; eso si tenemos la dicha de vivir ochenta años y si empezamos a leer desde los seis de edad (buena edad para comenzar), y si a todo esto le agregamos… el leer, sin parar, un libro a la semana y durante esos setenta y cuatro años, lo que nos da tres mil ochocientos cuarenta y ocho títulos que si lo comparamos con lo que se imprime diario, en todo el mundo, es nada y si lo comparamos aún más con Honorato de Balzac que escribió más de ciento treinta libros, que Víctor Hugo tiene más de setenta y que Salgari tiene más de cien y ya no digamos Julio Verne entre otros, nos queda el entendido de que no leemos absolutamente nada. Por eso hay que seleccionar bien nuestras lecturas porque el tiempo es implacable y a ese no lo detiene nadie, nadie. Decía Tomás Eloy Martínez en una frase contundente a la vez que terrible: “Somos lo que hemos leído o seremos por el contrario la ausencia que los libros han dejado en nuestras vidas”. ¡Pum! En mi experiencia como guía lector, como faro, como mediador de una sala de lectura, puedo decir que nada está escrito, que siempre nos tenemos que sorprender y que es un gran elogio leer en voz alta con alumnos, personas, iniciados, expertos en el tema, compartirles el gusto por la lectura y es mucho más halagador que digan que gracias a un texto que compartimos en clase, en sesión, en taller, en una sala de lectura, en una charla, en una presentación… alguien se astilló bondadosamente con la astilla de la literatura y esa pequeña partícula se le quedó grabada, metida profundamente y para siempre y que con eso empezó a leer. Eso es sumamente halagador. Y puede también empezar la labor desde casa o con nuestro alumnado. Dejo en este pequeño texto que no pretende ser ni académico ni aleccionador, ni mucho menos quiere ser ostentoso o pecar de presumidor, simplemente es un pequeño universo de tantas y tan variadas posibilidades lectoras, decía pues, que dejo en este pequeño texto un top diez de los textos que en mi experiencia lectora utilizo, comparto y leo en voz alta con mis grupos y sé que funcionan para el trabajo en las salas de lectura o en los talleres de lectura en voz alta: 1) Persona normal de Benito Taibo 2) El azar es azul de Luis Horacio Heredia 3) Luna caliente de Mempo Giardinelli 4) Demasiado amor de Sara Sefchovich 5) El complot mongol de Rafael Bernal 6) Música lunar de Efraín Bartolomé 7) Nuevo recuento de poemas de Jaime Sabines 8) Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda 9) La tormenta Hindú de Ana García Bergua 10 La verdad sobre el caso Harry Quebert de Jöel Dicker Espero que estas propuestas guíen al mayor número de personas al poder que tiene y ha tenido la palabra. Bienvenidos a leer. Bibliografía en orden de aparición: Pennac, Daniel (1992). Como una novela. Grupo Editorial Norma, México. Domingo, Juan Argüelles (2003) ¿Qué leen los que no leen? Paidós, México. Taibo, Benito (2011). Persona normal. Destino, México. Taibo, Benito (2014). Desde mi muro. Planeta, México. Garrido, Felipe (1999). El buen lector se hace, no nace. Paidós, México. Lavín, Mónica (2011). Leo, luego escribo. Lectorum, México. Garibay, Ricardo (1996). Oficio de leer. Océano exprés. México.

Friday, March 01, 2019

Café exprés Compartir Interactuar con el otro, con nuestro semejante, con nuestro igual… siempre será una labor inherente al ser humano. Somos entes políticos y sociales. Aristóteles, en un concepto nos define como «zoon politikon» que en su significado literal quiere decir «animal político, animal cívico» porque a diferencia de los animales tenemos la capacidad de relacionarnos políticamente y crear sociedades y organizar la vida en ciudades, en grupos, aunque a veces los animales resulta que nos dan un mejor ejemplo; pero esa es otra historia. Tenemos esta capacidad, sin duda. Somos pues entes políticos y sociales por antonomasia. Oír las ideas, compartirlas y comentarlas nos da la posibilidad de cotejar y aprender de las nuestras para mejorarlas o sentirnos parte de… De nuestra visión o cosmovisión del mundo, además de darnos cuenta de ciertos detalles que no hemos percibidos, compartir historias resulta interesante más allá de la historia misma porque nos da la oportunidad de profundizar y relacionarnos con el otro. Vernos reflejados en los ojos del otro también nos da la posibilidad de cerciorarnos de que estamos hechos de la misma sustancia y de que nos aquejan, a veces y hasta sin quererlo, los mismo problemas o que tenemos los mismos gustos, las mismas inquietudes, las mismas necesidades y que cojeamos del mismo pie, aún si vivimos dos humanos en la antípoda cada uno. El beneficio de leer y compartir lo leído es increíble y va más allá del trato con mi semejante, aunque a veces nuestro mundo sobre tal o cual obra se pueda venir abajo, porque tenemos, indudablemente, puntos de vista diferentes. El proceso lector colectivo crea un lazo afectivo entre los pares y si ese texto mueve emociones la experiencia de lectura compartida será inolvidable, será un momento único, especial e irrepetible. A veces nos falta compartir mucho más con nuestro semejante… el pan, el vino, la charla, una buena comida, sí, somos entes políticos como bien lo dice Aristóteles, pero también nos hemos vuelto muy ensimismados, muy solitarios con tanta tecnología; ya no queremos salir a la calle y todo lo resolvemos o queremos hacerlo así vía redes sociales e internet. Nos estamos volviendo ermitaños viviendo en la ciudad, solitarios en un mundo que avienta personas, millones de personas cada minuto con un alumbramiento nuevo en diferentes partes del mundo. ¿Para qué seguir entonces llenando el mundo de gente si no somos capaces siquiera de compartir un momento de charla, un intercambio de ideas, un breve instante para sentarse a comer? Hay que compartir con nuestro semejante. Seguro estoy que si un profesor, profesora, sea de la materia que sea (física, matemáticas, química y qué mejor si es de lectura o literatura) iniciara su clase compartiendo un poco de lectura con sus alumnos, leyendo en voz alta un fragmento de una novela, un cuento, una minificción, un pequeño poema, una obra de teatro, lo que sea, pero leído en voz alta y para todo el auditorio, a estas alturas no tendríamos que estar preocupados fomentando la lectura y el gusto por las historias y los libros, no, no tendríamos ese problema, amén de ello el gozo de esa clase y la experiencia sacada de ello sería inolvidable y los alumnos hablarían en el futuro de ese maestro o maestra que les cambió la vida porque tuvo el tino de… compartir la lectura.

¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

 En palabras Llanes     I Una vez más México hace historia; otro 19 de septiembre que « retiembla en su centro la tierra al sonoro...