Friday, June 26, 2009

De lengua me como un taco




De lengua me como un taco

Alberto Llanes

Sin lugar a dudas todas las columnas estuvieron dedicadas a hablar sobre el tema del debate. Que quién ganó, quién perdió, quién tiró más mierda, quién dijo tal o cual cuestión, en fin, cosas que la sociedad ya está cansada de leer.

Aquí no se adulará a ningún candidato, ni a Mario Anguiano con su voz un tanto cuanto afeminada; ni a Alberto Ochoa Manzur con su dizque política de izquierda y múltiples ataques a los partidos “más fuertes”; pero tampoco se adulará el desempeño de la candidata albiazul, Martha Sosa Govea, con sus dimes y diretes y sobre todo, con sus supuestos “compañeros” de partido que tiene, si esos son los que están con ella, qué será de sus enemigos (aquí incluimos al esposito que se carga). Y bueno, ¿alguien se acuerda de Gabriel Salgado Aguilar?

Su servidor vio el debate por mero compromiso. Como todo ciudadano tengo derecho de saber qué proponen los candidatos, pero sobre todo, cómo van a hacer lo que ahora proponen. Y de los tres “fuertes”, o que pertenecen a los partidos fuertes (PAN, PRI y PRD), debo decirlo, con total decepción, ninguna propuesta me interesó. Nadie logró llenar mis expectativas de lo que es un buen candidato, y nadie logrará contar con mi voto. Porque todo fueron palabras bonitas, como siempre, pero nadie dice cómo va a lograr las cosas, las promesas, los tratos.

A decir verdad me interesa sobremanera que esto de las elecciones termine ya, porque a ciencia cierta ya estoy aburrido de ver publicidad, de leer descalificaciones, que si la narcolona, que si los zetas azules, que si el hermano de Mario es o no es, que si el esposo de Martha es un mantenido que anda como joven de 17, 18 años, tomando en la vía pública y atropellando personas, ya párenle, cada seis años nos tenemos que chutar lo mismo, eso enfada.

Mario Anguiano y su grupo de campaña atiborran mi correo electrónico con su estúpida propaganda a su favor, el metroflog del FJR me llena mi bandeja de entrada con sus múltiples correos avisando de las cosas que hace Mario, como si a mí me interesara lo que hace durante el día, por favor, señores, yo tengo una vida, una tesis de maestría que redactar, un trabajo al cual dedicarle tiempo, una novela que estoy escribiendo y no tengo tiempo de leer correos basura que me llegan a mi mail.

El facebook hace rato que no lo reviso porque de seguro me encontraré con estupideces de la candidata albiazul Martha Sosa Govea, que me unió al grupo tal, que me envió a un amigo de ella que tal vez yo conozca para unirlo a mi red de amistad, cosas por el estilo que la verdad, me dan flojera. Han de pensar que no tengo vida y que estoy dispuesto, como títere, a seguir sus pasos donde quiera que se presente, si ni su esposo la acompaña a los eventos, menos un ciudadano con obligaciones, responsabilidades y una hermosa mujer como esposa a la cual atender, cuidar y velar por ella.

De los otros candidatos no puedo hablar, puesto que no recibo presiones vía net para votar por ellos (pero tampoco me convencen sus propuestas). La campaña electoral vía internet es lo que está de moda ahora, pero por favor candidatos, no me interesan sus propuestas, no me interesa su discurso barato de lo mismo de siempre, cosas, promesas que se quedan en eso, solamente promesas.

Un puesto en el cargo público no es cosa sencilla. Todos hablan de generar empleos, yo digo cómo lo van a hacer. La señora Martha dice que generará no sé cuántos empleos y agrega: “para que tus hijos no se vayan del estado”, sí, y yo digo, cómo le hará si cada día, uno, como trabajador, tiene que buscar dos o tres empleos para ganar un salario decoroso y poder solventar los gastos de una familia.

Si cada colimense tuviera un solo empleo bien pagado, no hubiera necesidad de tener dos o tres empleos, y quizá existiera trabajo para todos, sin dejar de lado la posibilidad de crear más, claro. Pero cómo si los egresados de la Universidad de Colima año con año se multiplican, son miles.

Para mí nadie ganó el debate. Todo fue lo mismo. Palabras y más palabras. Queremos hechos, acción, no que todo se quede ahí, en hablar bonito, porque si de hablar bonito se trata yo también hablo bonito (y mi compadre IPL, también habla bien bonito) y no por eso voy o vamos como candidato(s) de nada. Hay que exigirle más a nuestros políticos, que sean más educados, que sepan más, que estén bien preparados para enfrentar retos, trabajar bajo presión y sobre todo, hacerse de un grupo de personas que los apoyen y no que a mitad de sexenio o trienio (en cualquiera de los casos), les vayan a dar la espalda.

El trabajo del gobernador o presidente es algo difícil y hay que saberlo enfrentar, aceptar la crítica y aprender de los errores. Yo sé perfectamente que no todos los candidatos saben de todas las cosas o temas, apenas alguien como Octavio Paz para saber de todo un poco (y los Octavios Paz se dan muy de cuando en cuando), pero por eso tienen que tener a lo mejor de lo mejor en su gabinete, para que los apoyen y asesoren en cada uno de los rubros. El trabajo del gobernador no es para hacerse rico, ni mucho menos, es más que eso, mucho más. Es C-O-M-P-R-O-M-I-S-O, palabra que les queda muy grande a todos.

Ser gobernador no es nada fácil, siempre están en la mira de todos y así debe ser: “y si no, que el pueblo me lo demande”, reza el dicho de la toma de protesta, y a decir verdad, nadie lo cumple, y no debería ser así, es nuestro derecho, es nuestro trabajo.

Por eso nuestro candidato debe tener ciertas cualidades que lo lleven a gobernar el destino de todos los colimenses, y con pena, debo decirlo, creo que ninguno de los postulados lo tiene.

Quiero hablar de los otros candidatos, pero es que Salgado y Ochoa, como en el caso de la selección mexicana de futbol, no tienen nada interesante a resaltar…

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