Thursday, March 08, 2007

La mujer de rojo, Mr Catástrofe, el sarcástico señor equis, la saga continúa y otras historias de rojos depravados

De hecho ni siquiera la vi. Ni siquiera la vi a la cara, quiero decir. Sus pelos rojazos como berengenas fue lo que primero atrajo mi atención. A la sombra se veían como una mata de pelos de elote, conseguida la tonalidad roja por medio de color vegetal, qué sé yo de tintes y bagatelas. En el plexo solar, los destellos impedían una mirada directa, por aquello de la luminosidad intensa, radiante. Su coloración era tomada como de un cuento de hadas. El rojo, maldito rojo. Debo reconocer que soy un fetiche de espaldas, de mujer, claro, que son finas, excitantes, clandestinas. Pero esta ocasión. La dueña de ese cabello bermejo idiotizó mi mirada ya de por sí, idiotizada por unas piernas pétreas, y con esto quiero decir, bien puestas en la tierra. Nada de divagadoras, de soñadoras, de punzantes, no, firmes, seguras a cada paso que su dueña, la de las piernas daba. Si ese cabello escarlata hubiera ido suelto, de seguro a cada paso su movimiento, incluso su olor me hubieran, ya de por sí, cautivado. Pero no. La dueña, la de las piernas y la del cabello, llevaba una simple coleta, una coleta que ataba desde la punta, esos mechones que comprendí inalcansables. Si cupiera aquí la palabra protuberantes, la pondría, pero no. Lo que tenía protuberante eran las nalgas. Tun tun tun, se movía toda la parte a cada paso. Me hice pendejo yendo todo el camino detrás de ella, como un mladito lunático tras de su siguiente presa o presea. El paso macilento, calmo, y el cabello, resplandeciente en la luz, oscuro en la sombra, oscuro, resplandeciente. No pude ver nada más. De hecho si me preguntan cómo es. Diré, macilento, incólume, que tenía una boca cachondísima, una mirada cachondísima, unos pechos cachondísimos, una voz cachondísima, una cara cachondísima, tanto, que no podía con ella. Eso sí, y como no siendo mujer. El bolso que le colgaba del lado derecho, hacía perfecto juego con la coloración y tonalidad de su pelo, rojo por antonomasia. Rojo, incluso, como me gustan las cosas, rojas, profundas, las marcas también, me gustan rojas, y me refiero a marcas comerciales. Si tomo coca cola, es porque el rojo me produce una pronfunda sed de tomar. Si fumo marlboro, tienen que ser rojísimos como la sangre bermeja de cada veintiocho días, porque no sé fumar de otro color. Si le voy a algún equipo de futbol, tiene que tener los colores de la sangre profunda carmesí, en su uniforme, por eso de todos prefiero al Toluca. Pero esta historia es una mujer reacia. Como su tono de cabello. Y como depravado la fui siguiendo. Creo que ella también tenía algo de depravado. Casi respiraba en su oído. Por eso digo que también pudo tener algo de depravado. De que era maniática de eso no me queda la menor de las dudas. Sus unas, las de los pies, tenían ese tono que me inspira a escribir, que me da sed, que me incita a fumar, que me gusta ver, el rojo, incluso, que me gusta pedir para comer, porque mi pizza favorita, tiene, en su logo, el tono rojo que me pone los pelos de punta. Maldito rojo. Sigo, la mujer era sin duda una maniática, como maniático soy yo. Porque sus pies, enfundados en sendas alpargatas de fina hechura, eran también rojas sangre, como rojo, en mi imaginería supuse, eran también su tanga y su bra, quizá el color de su sexo haya sido también rojo estropajo, rojo fuego, rojo ocre tostado, rojo pasión, rojo otoñal, rojo soledad incurable, rojo teléfono celular a punto de sonar, rojo esputo enfermo, rojo algodón ¿qué dónde lleva lo rojo el algodón?, en la mera sangre por dios. Igual un tinte en la región genital, podría convertir su mata en una tonalidad como las que me gustan. Senos rojos. Leche de sus pezones rojisímas. Pupilentes que ponen los ojos rojísimos, para ver igual. Descarada la mujer ya si no. Que no sabe, ¿que su maldito rojo me puede hacer matarla? En fin.

1 comment:

metate said...

no pude publicar el comentario que decìa que es una manera muy chida de decir "esa de rojo, yo me la..."
y pensar que hoy traigo una blusa color coca cola

¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

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