Monday, May 25, 2009

Casi Indios




Casi Indios
(Cronicario)


Alberto Llanes


Es lamentable, pero así pasa. En México, el equipo que queda más abajo en la tabla siempre lleva las de perder. Y es que me refiero a los dos juegazos que nos acaban de dar (hace unas semanas uno, el pasado domingo el otro), los Indios de Ciudad Juárez.
Primero, nadie daba un centavo por este equipo fronterizo, es más, con los resultados que habían tenido, se dudaba mucho de su permanencia en el primer circuito del balompié mexicano. Pero aún así, con duda y todo, no sólo se salvaron, sino que lo hicieron por varios puntos y para continuar con el sueño de llegar a la liguilla y lo consiguieron.
Segundo, dejaron fuera a un rival, que a mí en lo personal no me gusta nada, pero que bien merecido se lo tuvo por la poca carencia de futbol, coraje, habilidad y jugadas peligrosas, me refiero a las Chivas del Guadalajara.
Tercero, cuando los Americanistas creían que los Indios les estaban haciendo el favor (porque eso era lo que estaban haciendo los Indios), éstos sacaron la casta y metieron un gol más, con el que, de ribete, dejaron también fuera a las Águilas del América, que dicho sea de paso, han tenido temporadas lamentables.
Cuarto, el juego ante el chiverio estuvo trepidante, casi en el último minuto de acción los Indios, dirigidos por el profe Eugui (exjugador toluqueño), remontaron el marcador y no sólo eso, les alcanzó para su pase a la liguilla.
Quinto, su primer partido, en liguilla, fue contra otro rival de tradición, los Diablos Rojos del Toluca. Cuando la mayoría de las personas se dieron cuenta contra quién iban los Indios, todos inclinaron la balanza al favor del Diablo, pero el destino apenas se iba a escribir. Y en un penalti que les regaló el árbitro, los Indios lograron el gol que los puso en ventaja en el partido de ida. El Toluca (mi equipo, al que le voy), la tenía bastante fácil, regresar a la bombonera y meter un solo gol, al cabo con el empate (cosa que no me parece justa), tenían para pasar a la siguiente ronda.
Sexto, cuando todos creían que los Indios de Ciudad Juárez iban a echarse “para atrás” en el estadio Nemesio Diez de Toluca, a defender el golecito de ventaja que traían de Ciudad Juárez, nos sorprendió con un juego propositivo, y si le escarbo, incluso tuvo más llegadas que mi equipo Rojo, los Diablos. Así que con tanta experiencia, con tantas liguillas y campeonatos ganados en los últimos años, el Toluca no pudo frente a la tribu, quienes no se amedrentaron y fueron a Toluca a ganar o morir, a proponer el partido ante un rival de poder. Así fue como quedó el, hasta ese momento todavía, campeón del futbol mexicano. Los Indios estaban haciendo la hombrada.
Séptimo, ante tales circunstancias, el equipo de la frontera tenía que enfrentar ahora, al poderoso Pachuca y así lo hizo. En el camino habían quedado primero las odiosas Chivas, después el mediocre América, luego los conformes Diablos, y ahora venía el Pachuca, si los Indios sacaban a los Tuzos, su nombre hubiera quedado escrito con letras de oro, y poco faltó para que lo lograran…
Octavo, ya todos vimos el juego, en la ida, Indios perdió, en su casa, por dos goles a cero, el famoso “Chaco” Gimenez estuvo imparable y de cabeza puso adelante a su escuadra y no perdieron esa ventaja. Dos goles a cero parecía un marcador definitivo, puesto que la tribu tendría que meterse al estadio Hidalgo y hacer lo que parecía casi imposible, meter tres goles para pasar a la final, la gran final, esto por quedar más abajo, en la tabla, que los Tuzos (insisto, cosa que no me parece justa pero es el mérito de ser el líder o tener más puntos).
Noveno, de antemano, para ese día, domingo, ya todo México sabía que el primer finalista eran los Pumas de la UNAM que dejaron en el camino al sorprendente Puebla (en otro cotejo que estuvo cardíaco, porque los camoteros andaban dejando en el camino a la escuadra felina). Así que los Indios llegaron a Pachuca y enfrentaron su partido como saben hacerlo, con garra, corazón y fe…
Décimo, más o menos temprano, es decir, empezando el juego, los tuzos metieron un gol. El abismo se hacía más grande, los Indios tenían que marcar cuatro veces, cosa que parecía imposible. Pero emparejaron el marcador y regresaron al segundo tiempo e hicieron lo que era impensable, meter otros dos tantos. Tres – uno era el marcador, en el estadio se notaba tensión, los Indios, en un juego sorpresivo, divertido, alegre, dinámico, estaban poniendo en serios problemas a los tuzos. Nadie en el estadio lo podía creer, el “Ojitos” Meza, director técnico de la escuadra Tuza daba órdenes y se le veía nervioso. La tribu iba por un gol más para pasar a la historia.
Décimo primero, pero Gabriel Caballero tenía la última palabra, y en una jugada de pared se metió al fondo del área chica, metió un centro que pasó por entre las piernas de varios Indios y Pachuquenses, llegando finalmente a los pies de Blas Pérez, quien se encargó de meter el tanto tuzo al minuto noventa y uno de compensación y así terminar con el sueño de la tribu.
Décimo segundo, ahora yo me pregunto, ¿Cómo entender que los Indios le rompieron a los Tuzos una racha de 16 partidos sin perder en casa y no les alcanzó para clasificar a la final?, aquí es donde digo que es lamentable que esto pase en México, y que el equipo que quedó más abajo en la tabla siempre lleva las de perder. Se tendría que revisar bien, y proponer que en la liguilla, el equipo que gane, quede o no más abajo en la tabla, pase a la siguiente ronda, y en caso de empate que haya penales (o alguna otra forma de desempate), porque no puede ser que jugando tan bien como lo hicieron, los Indios hayan quedando fuera, menos eliminando a tantos equipos de tradición, incluidos ahí, mis Diablos Rojos del Toluca. En fin.

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