Wednesday, August 01, 2007

A.S.E.S.I.N.O. (Crónicas defenestrantes)

A.S.E.S.I.N.O.
(Crónicas defenestrantes)


Alberto Llanes


Dicen quel ratero y el asesino siempre regresan al lugar de los hechos. En efecto, está comprobado. En las recientes vacaciones me volví asesino y regresé al lugar de los hechos más rápido de lo que tenía planeado. Y vaya que regresar al lugar de los hechos no era lo mejor que tenía en mente. Pero regresé.
Resultó que… “la mujer”, (la exmujer vamos a llamarle de aquí en adelante), me pidió, en una noche de tantas, vía teléfono celular, que le ayudara con un problemita que tenía. La exmujer, muy a eso de las once de la noche, y justo cuando yo le estaba tratando de poner… (y aquí es donde un caballero se debe mostrar como tal y omitir esta parte de la historia), llamó cuasi histérica a mí para pedirme ayuda…
-Quieres que vaya -le dije-.
-No, mejor mañana -me respondió-.
Y seguí en lo mío después de la plática de siempre. Que cómo has estado. Cómo fue tu día. Cómo esto. Cómo lotro. Bla. Bla. Bla. Bla. Las cuestiones de costumbre que se dicen por teléfono dos que alguna vez fueron… bla bla bla…
Total. Para no hacer la crónica más defenestrante de lo que ya de por sí se torna. Colgué. Al cabo de tres señales ella hizo lo propio. Dormí. Curiosamente, esa noche soñé con el primer asesinato de la historia de la humanidad. Según cuenta la Biblia, Abel se chingó a su carnal (en cierta forma, lo que propinó el enojo del otro y tómala barbón). Caín se chingó a su carnal después de haber sentido celos del regalo que éste (Abel) le llevó a Yahweh (wazaaaaaa mayate). Uno de pronto sueña cosas así, y es que si hay una danza que sueña la tortuga, que uno no tenga sus propios sueños sacados de quién sabe qué película de Michelangelo Antonioni (qepd).
Esa noche fue de un sueño profundísimo como presintiendo mi acción del día siguiente. En la mañana, muy de temprano me despertó un mensaje telúrico de la exmujer, diciendo que aún necesitaba ayuda. Ipso factum me levanté del camostre. Dirigí mis pasos a la ducha e hice lo idem. Salí aliviado y sin remembranzas acerca del sueño que soñé durante toda la noche...
Vestime a la A doble ele potencia. Y salime de mi casa con rumbo conocido. Cerca de la Ve Carranza empecé a recordar el sueño que baila la tortuga. Es decir, el que tuve en la noche, pero no le di mucha importancia, porquel chofer empezó a platicar de futbol y cosas peores. No sabe que a mí me gusta el americano. Sí, y con dos de azúcar por favor.
Llegué a la ene dirección. Tomé la pose de quien he sido últimamente, un Caín. O asesino Free lance, como sea. Toqué la puerta y al cabo de tres señales alguien respondió. Yo soy quien tú sueñas ser, dijo, y abrió. La exmujer estaba ahí (no es necesario que diga que se veía hermosa porque eso está de sobra), enfundada en una pijama-bata que dejaba sus encantos muy a la vista y muy a la mano también. Mmmmmmmaaaaaaaaaaaa.
-Dónde está -pregunté en seco como cuando te…-.
-En la pileta –respondió igual de seco como cuando se…-.
-Bien.
Fui a la suscrita pileta. En efecto, ahí estaba. Su suerte estaba echada. Era él o yo, y en casos como éste es mejor ser uno que dos. Total. Lo vi y me vio. Lescupí y mescupió. El trabajo requería de otros métodos. Situaciones extremas requieren soluciones in extremis. Me puse unos guantes. Es encantandor matar con guantes. Es como cuando te la jalan con guantes. Muy elegante el pedo. En un movimiento feroz mi presa se puso a nadar. Desde el momento en que cayó ahí su destino estaba previsto. Cogí hábilmente (favor que usté me hace) una escoba. No para volar, la situación lo requería con extrema urgencia. La presa seguía en chinga nada que nade. El agua le llegaba a la barbilla y contando… diez y sereno. La presa sintió entonces el poder de la escoba. Se negaba a ser acribillada de forma brutal. La escoba, generalmente flácida en sus partes más endebles, daba un resquicio por donde pudiera respirar. La presa luchaba por su vida bajo el agua. Era su vida o la de Goyo, quiero decir, la degüello… colorado, aunque ésa sea la del moño. No lo podía permitir. Estaba saliendo a la superficie. En un descuido podría lanzarme su rayo gamma y destruir mi campo de fuerza magneto...-fónico para morir cual ella o él. Pero en un movimiento habilísimo, como de prima valerina del güinipeg (pa´ los insapientos Winnipeg) ballet Bolshoi de Rusia. Tomé en mi mano una second escoba y apretujé. Apretujé tanto quel “Compañero”, como lo hubiera llamado Vicente Leñero, quedó ahí. Bajo las garras de Miiiii siiiiii fuzz. Bajo el agua y bajo las escobas.
Después de una truculenta plática con la mujer, la exmujer, quiero decir, en la questuve sosteniendo por varios minutos y con mucha fuerza las ambas dos pareja dueto dúo escobas sobre mi presea mamiiii presea… por fin pude comprobar el grado de persona en la que me he convertido… hasta ese instante lo más grande que había matado era una cucaracha, ahora, con esta rata o ratón muerto. ¡¡¡¡¡Yo lo matéééééééééé, Yo lo matééééééééé: Pepe el toro es inocente!!!! este hecho me convertía en el predador más grande en mi lista de asesinatos.
Un ratón se cruzó en mi camino… y eso es todo lo que tengo que contar al respecto, cito: Forrest Gump. Quiteme los guantes y me senté a ver la tele tooooodo el puercacho o puercochóooonnnn… día. Fin de A.S.E.S.I.N.O. en las rocas.

1 comment:

Anonymous said...
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¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

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