Monday, October 15, 2007

Tierna es la noche II (Crónicas defenestrantes)

Tierna es la noche II
(Crónicas defenestrantes)


Alberto Llanes


Día 2:


Como no quiero terminar con la buena reputación de Guillermo Vega, de aquí adelante, en estas crónicas, lo llamaré poeta.
El día dos estuvo lleno de todo. Una vez que poeta y yo terminamos hasta atrás en casa de poeta Guille, al otro día, servidor tuvo que ir a trabajar muy tempranito. A las seis de la mañana, no crudo, sino todavía muy pedo, estaba en la ducha para ir al programa de Max Cortés.
En la noche, de la oficina me habían llamado para que asistiera a una entrevista a la radio. Así que a las siete de la mañana, mis compañeros, que de aquí en adelante los llamaré mi equipo, pasaron por mí para ir a la dichosa entrevista.
Poeta de seguro estaba contento, calmando su cruda con un buen sueño, para después tomar una buena ducha, para después tomar un buen desayuno, para después ir a publicaciones, para después ir al bachillerato de Comala a la primera charla, para después ir a pistear otra vez, para después ir a dormir, para después tomar una buena ducha, para después tomar un buen desayuno, para después ir al segundo bachillerato, para después ir a comer, para después… para después…
Así más o menos estaba previsto el jornal. La entrevista nos salió bastante bien. A pesar de ir completamente ebrio no se me salió ninguna aberración. Creo que todo estuvo pasable. Le dimos promoción a las jornadas, a la venta nocturna de libros, a la venta de libros universitarios y a los talleres y actividades que aún faltaban por cumplimentarse (como dijeran los guachos).
Nos llevó un total de media hora la entrevista. El resto, ir por mí a mi casa, llegar a la estación, esperar nuestro turno, etecé etecé… nos llevó más. Salimos de la dichosa estación a las siete, casi ocho de la mañana, demasiado temprano para ir a la oficina, pero demasiado tarde como ir para ir a la casa a tomar otro sueñito reponedor. Así que vamos a desayunar a la birria. Sí, aquella que está por la Insurgentes. Basta decir que a esa hora, madrugadora de la mañana, servidor nada más quería permanecer acostado (si se podía en compañía de mujer, mejor). Pero no, andaba yo a deshoras, en entrevistas y en desayunos que no me apetecían porque no más no.
El suculento desayuno no hizo más que me dieran ganas de cantar Oaxaca. Pero enfrente, en un local de un dentista, una chica de pantalón súper entallado y blusita rosa apretujada, dejaba mostrar sus encantos mientras barría y preparaba el lugar para su apertura. Así que servidor se distrajo en eso, y plato de birria quedó ahí, intacto. Eso sí, el agüita de jamaica que nos ofreció dependiente, además de sabrosa y heladita, estuvo bastante reponedora.
Desayuno no se alargó tanto como hubiera querido en otra situación. Así que terminamos, pagaron, pedí mi suculento platillo para llevar, y fuimos ipso facto a la oficina, donde me esperaba computadora, ventanas del Chat y un informe que tenía que llenar. Porque al rato vendrían actividades de bachillerato a las que teníamos que ir.
La mañana transcurrió entre que se me bajaba la cruda, me reponía del estómago y me daba hambre. Hacer… hacer, no hice mucho. Sólo esperar a que llegara poeta (quien dicho sea de paso, se veía mejor repuesto que yo), para empezar la chinga de tratar de meterle a los alumnos tantito el gusto por la poesía, labor que no iba a hacer yo, por cierto, sino que se le iba a legar toda a poeta.
Total. Poeta llegó alrededor de la una de la tarde porque a esa hora tenía una entrevista para radio universo efe eme. Y ahí vamos. Celular mío quién sabe qué chingados tenía que no entraban llamadas. Lo abandoné por ahí y vamos a la estación. La cara me delataba a kilómetros de distancia. El cansancio se antojaba sólo de verme. La entrevista fue buena. Le volvimos a dar promoción a las jornadas y poeta leyó poesía, pos sí.
Salimos de radio con la firme idea de ir a comer a algún lugar para después, a las tres de la tarde ir a bachillerato 17. A la salida de la estación poeta fue abordado por una chica que le pedía, para ese mismo día, otra entrevista pero a las cinco de la tarde. ¡¡¡Eres famoso, papá!!!, además del héroe de esta película, dicho sea de paso.
En publicaciones, recibí llamada de persona adorable que me puso bastante mal por hecho cometido una noche antes, culpa mía lo tengo que admitir. Adolfo, guía espiritual dijo que ya era hora para irnos. Fue por viáticos, volví a bocina pero había colgado, así que fui por rapidines, poeta no sé a dónde fue, y en un santiamén estábamos de nuevo en camioneta incómoda yendo rumbo a destino paraíso: Comala.
Todo el trayecto iba pensando en muchas cosas con respecto a persona adorable. En las tantas veces que he cometido error. Seguía sin tener hambre pero habría qué comer algo. Vamos entonces a cafetería de bache 17. Un trío de tacos y un vaso con agua de coco (uyyyyy qué miedo), fue todo lo que probé. Fui a preguntar por maestro de literatura. Maestro Valpuesta salió, dijo que ya estaba todo listo y que en unos quince minutos mandaría a los alumnos, que nos fuéramos yendo para el módulo de cómputo. Antes, conocimos a director de plantel. Y vamos a la primera charla en bachillerato.
Salón de cómputo lleno. Poco incómodo a decir verdad, porque según poeta no había mesilla protectora, y era verdad, no había mesilla protectora. Charla alargada bastante. Poeta leyendo obra, tanto nueva como viejita. Yo sudando como perro. Adolfo tomando fotos de las chicas más guapas de la comunidá, digo, tomando fotos de las chicas que estaban más atentas a la conversa. Finalmente llegó la hora de las preguntas. Poeta regalando cinco librines a las mejores cuestiones. Yo hubiera dicho que a las viejas más buenas, pero es poeta y poeta tiene la última palabra.
Pensando que no iba a ver tanta cháchara, imaginé que no pasaríamos de dos preguntitas y nos íbamos a ir a la chinita de ahí. Pero oh, nalga de eso, resulta que muchachos salieron muy preguntones y no paraban de hacer cualquier tipo de cuestiones a poeta. Que dicho sea de paso, se vio un tanto cuanto agobiado por demasiada algarabía.
El tiempo es oro, ahora comprendo ese término. A las cinco teníamos que estar en universo efe eme otrora vez, para entrevista novísima a poeta. Y el tiempo estaba apremiando. Así que cortamos por la santa paz, agradecimos al público conocedor, yo a las falditas de las esculapias que pululaban por ahí. Y vade retro al campus central de Colima.
Llegamos, vamos a publicaciones, poeta checó su correo ipso facto, yo recogí mi celular dado a la chingada. Adolfo a terminar unas cuestiones pendientes para ir a la Pinacoteca, aún. Diez minutos antes de la hora vamos otra vez poeta y servidor a universo. Entrevista un poco alargada. Yo en sala de espera viendo qué pedo con el teléfono porque no entraban llamadas, mensajes sí. En eso estaba cuando móvil sonó. Sacó un gran pedo porque no lo esperaba. Llamada de diablo diciendo que quería entrevistar a poeta. Contestar que en media hora íbamos ir a comer-cenar al hotel ceballos. Diablo diciendo que ahí nos veía, entonces. Entrevista muy larga. Más del tiempo que le había pronosticado a diablo para vernos. Nueva llamada de diablo que no contesté porque no oí por estar en cabina junto con poeta. Por fin, final de entrevista. Ida otra vez por Adolfo para ir a comer-cenar a hotel ceballos y vernos ahí con diablo para entrevista. De nuevo, en camioneta incómoda, vamos los tres con rumbo desconocido, más bien conocido pero…me gusta hacerla de pedo. Llegar bien tarde a hotel ceballos. Lluvia en la ciudad. Diablo no aparecer por ningún lado. Igual, desesperarse e irse de ahí. Pedir nuestros platillos para la susodicha comilona. Poeta ir a cuarto por libro para regalar a guía espiritual. Comer con parsimonia. A las ocho de la noche tener un evento pero nada importante. Nada importante para ellos. Yo tenía que estar presente awilbur porque era quien llevaba los curriculos de los participantes. Terminar de comer luego de estar risa y risa. Leer cuento dañado de poeta, porque también le hace al cuento. E ir a la Pinacoteca para el evento de esa noche: presentación del libro grupos de discusión, bla bla bla… ir entonces a dar una vuelta por la librería. Encontrar personas conocidas, entre ellos Rubén Carrillo y editor-revisor de la revista Majaramonda. Presentar a poeta a muchas personas. Entonces, recibir nuevamente llamada de persona adorable. Seguía aún con el ánimo muy bajo por la noche de juerga y asunto con persona adorable que chingué. Contestar ese telefonema pensando en que iba a seguir bastante mal. Yo ocupadazo salude y salude a personas, pero poniendo atención a lo que persona adorable decía. Llamada que al final me fortaleció bastante, porque solucionar o arreglar, si se le puede llamar arreglar, asunto con persona adorable que me traía bastante jodido. Volverme entonces las ganas al cuerpo. Poeta notar ese cambio y nada más decir, te ves mejor, papá. Confirmarle en efecto que hecho que me tenía dado pa´l can, me había reconfortado luego de recibir llamada, y sin dar más detalles, poeta ponerse alegre también. Brindar al final del evento. Cambiar de planes de ir de tuguriotour porque aún me sentía cansado, aliviado por un lado, pero cansado físicamente. Poeta ir a su hotel directo. Yo, ir a mi casa de raite que me dio mi jefaza. Llegar a mi casa, lavarme los dientes, ponerme ropa cómoda, prender la tele, programarla, poner la cabeza en la almohada y dormir… nada más dormir con una sonrisa dulce… y tranquila (JS). (Continuará).

1 comment:

deivid said...

te mejora el estilo en las crónicas, papá... notar buena acentuación y abundar uso de infinitivos... señal de pedos en conjugación? por qué no contestar en ventana de chat, estar redactando esta crónica?

david te manda saludar.

¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

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