Thursday, July 05, 2007

Vas peinado pa´tras (Crónicas defenestrantes)

Vas peinado pa´tras
(Crónicas defenestrantes)


Alberto Llanes


Apenas ayer se sintió el rigor. Un trío de tres se desplazaba por los pasillos de la Fac., exfacu de letras, y volvió a sentirse el rigor. Ese rigor de cuando estudiantes usábamos máscaras de luchadores de la triple A, o del consejo de lucha libre.
Yo era identificado como coco rojo. David Cheves (nuestro siempre narrador), era coco azul, en tanto que el muerto, alias Alejandro, era coco naranja. Nuestro siempre Juan Pablo (y no precisamente el segundo que ese anda en estadus mortis) era tinieblas, y no lo hubiera sido nunca porque le dábamos cada putiza que para qué les cuento.
El fervor por la lucha libre nos surgió (a los tres citados), desde muy morritos. Cuando nos encontramos en la facu., todos verijones y toda la cosa, nos valía literalmente madre y usábamos las máscaras todo el tiempo. Así tomábamos las clases. Yo enfundado en la máscara de coco rojo ocultaba el rostro a propios y extraños. Lanzaba manotazos a diestra y siniestra y mis compañeros, de la tercia maldita, me secundaban o yo los secundaba a ellos. Total.
Sin embargo, ayer, recorriendo estos pasillos de dios, volvió a sentirse esa furia de antaño. Claro, compartiendo tripleta ahora con otros dos grandes amigos. Carlos Ramírez y Oscar Fernando.
De aquellos que empezamos a luchar por las causas rudísimas de siete suelas y gran turismo, dos terminamos los estudios y nos seguimos frecuentando, aunque ahora lo hacemos por el msn porque David (y aquí entra la siempre frase de que es y será y seguirá siendo nuestro siempre narrador) anda en los chiles. De Alejandro, alias el morido, sé más poco aunque lo tenga cerca, en Manzanillo.
El caso que ayer me recordó esos lejanos días de lucha libre y saltos mortales desde la tercera tercera tercera cuerda Magadán. Íbamos caminando con paso cuasi rudísimo de siete suelas y gran pederismo. Se sintió la vibra, dijo el gran Lalo. Y como la lucha libre la traigo bien metida en las venas de inmediato me acordé de la tripleta ruda ruda ruda de Emilio Charles “El rey del biutiful o del beatiful”, Roco Valente y Tony Arce, “Los destructores”. Esos sí eran rudos de verdad.
Dicen que los chilangos nada más le van a los rudos. Pues sí, yo soy chilango y le voy a los rudísimos. Aunque cuando lucha El hijo del Santo siempre tiendo a cambiar de bando, no sé por qué.
Puede ser fantasía o de a de veras. Pero la lucha libre se contagia. En cuanto acabas de ver una lucha en vivo te pones a soltar putazos a diestra y siniestra. Te crees y te creen en efecto el rey de beatiful, o atlantis maldad qué sé yo.
Aunque tanta parafernalia da al traste. Por ejemplo, el Negro cuatro cuarenta casas era grande cuando era rudazo y peleaba contra el Santo (las mejores batallas que he visto), pero se ha vuelto técnico y ha dejado mucho qué desear, ya no es frío frío como el agua del río, ni caliente caliente como el agua de la fuente.
Dr. Wagner es otro ejemplo de ello. Antes se hacía llamar el galeno del mal, nombre que le quedaba muy bien; ahora se afemina (por el cambio de bando) a llamarse el galeno del bien. ¡Bah!, patrañas. Defenestra en serio.
Los jotitos (que en el país de flechitas se hacen llamar gays) también tienen su espacio para que partan o les partan la madre: Polvo de estrella (jotazo), May Flowers, Casandro, Sexy Piscis, Sexy Francis y la más loca de todas Pimpinela Escarlata, todos forman la comunidad de los exóticos o las exóticas según se quiera ver, y son todo un show que a veces aburre, pero que a veces divierte.
Hay sin embargo, un nombre intocable en la hegemonía de la lucha libre: Daniel López “El satánico”, que hiciera la tripleta ruda de los infernales, estando él en todas las generaciones que ha tenido esa tercia ruda. Ahora, al paso del tiempo, El satánico también ha cambiado de bando y se ha vuelto limpio. Pero qué mal, muy mal se oye un nombre como el del Satánico en un sitio tan angelical como el bando técnico. ¡Bah!
Así que ayer recordé los tiempos de lucha libre, de máscaras, de diversión, de que nos corrían del salón de clases por payasistas y sí, éramos y somos payasistas. Por que ahora, la nueva generación, no nos dejará mentir. Arriba los rudos los rudos los rudos y el atlante… y los payasos diabólicos. Como ño…

1 comment:

Tewé Nesérame said...

Llanes plis, quise leerte pero ese tono de letra en ese fondo rojísimo realmente me lo hizo imposible... no se si es la miopía o de plano esa combinación está cabrona... o tal vez sea plan con maña

¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

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