Thursday, February 18, 2010

Andar en bici no es cosa de pobres o "Po´s más pobre, pinche pobre".




Cronicario

Andar en bici no es cosa de pobres o "Po´s más pobre, pinche pobre".





Alberto Llanes





Últimamente, una de mis aficiones, es recorrer la ciudad en bicicleta. Contemplar los paisajes que esta hermosa ciudad nos tiene reservados, respirar aire fresco gratis, hacer un tanto de ejercicio y sobre todo, cuidar el medio ambiente de no contaminarlo con un vehículo más.

Tarea titánica si nos damos cuenta lo ojetes que son algunos automovilistas, sobre todo los del servicio público que si no respetan a su madre cómo van a respetar a un tipo que va en bicicleta en plena avenida Felipe Sevilla del Río. Pues no.

Pero no nada más ellos tienen la culpa. No. Señoras emperifolladas y montadas en camionetas del año, llámense como se llamen CRV, Tacoma, Hilux, RAV4 qué sé yo de marcas, son las peores. Claro, no todas, hay que decirlo también.

Ellas no saben que el peatón es primero. No. Ellas se te lanzan sin importar que quien va caminando o en bicicleta, como en este caso, está totalmente indefenso ante su “camionetón” y además, tiene derecho al paso antes que usted, señora de las cuatro décadas.

Que yo sepa, en la ciudad de Colima y en varias ciudades más de nuestra bien preponderada República Mexicana, sino es que en todas las ciudades, las vueltas a la derecha son continuas pero con precaución. Sí, señora, con precaución. Se lo voy a deletrear para que me entienda mejor. P-r-e-c-a-u-c-i-ó-n. Dicen que los ejemplos con manzanitas son más fáciles de entender, a ver si es cierto.

Pues sí. Tengo escasas tres semanas en esta práctica de pedaleo ciudadano. Recuerdo que cuando tenía la ágil edad de 16, 17, 18 años, recorría la misma ciudad de cabo a rabo. Han pasado los años y no es lo mismo los tres mosqueteros que algunos años después. En esta nueva experiencia bicicletil (por llamarle de algún modo), me he topado con que la ciudad ha crecido sobremanera, hay miles de láminas que sólo pasan zumbando a mi lado a 80, 90, 100 kilómetros por hora y nadie hace nada, también me he dado cuenta que los sitios donde según debe circular un ciclista (las famosas ciclopistas), o no existen o están ocupados con vehículos que utilizan ese lugar para estacionar sus láminas ahí.

Y no se les puede decir nada porque los señores se enojan y nos dicen hasta de lo que nos vamos a morir. Así está, más o menos, la cultura de las personas. Ahora, no quiero generalizar. Y en esta viña del señor hay de todo. Así como ha tocado lidiar con gente nefasta, me ha tocado tratar con gente que es un pan de Dios. Felicidades a todos ellos.

Pero sobre todo. Me he dado cuenta que hay señoronas, como la que me mandó a chingar a mi madre la semana pasada (que al cabo mi santa madre es de plástico o tiene embarrada harta mantequilla pa´que se le resbale). Que muy dueñas de sus camionetas se creen también dueñas de las calles y andan a todo lo que da su vehículo, eso sí, del año para que se vea la clase o nivel de clase en que se mueven. Y pasando por encima (con sus monstruos de aluminio y plástico, porque eso es lo andan conduciendo, aluminio, fierro y plástico) de quien sea, se vuelan y pasan por el arco del triunfo los señalamientos viales y todavía se enojan. Y más aún, le dicen a uno pinche pobre por andar en bicicleta. Y todavía peor, lo mandan a uno a chingar a veinte.

Conciencia deberían hacer. Cultura deberían tener antes de abrir, como fauces o como los cofres que traen sus máquinas (que pilotean sin respeto de nadie, menos del pobre agente de tránsito, que, al igual que un servidor, anda en su bicicleta) esas bocotas que no demuestran ni tantito así de educación, o de que alguna vez hayan ido a cursar estudio alguno en cualquiera de los planteles educativos de nuestra entidad. Cosa seria son estas señoras al volante.

Yo no quiero caer en el machismo vil de decir, mujer al volante peligro constante, porque reconozco que hay mujeres que manejan muy, bastante y mucho mejor que yo, sin duda, tan sólo en casa tengo un gran ejemplo de mujer. Pero esta historia me pasó con una señorona de esas, que andan por estas calles de dios y nadie les dice nada.

Y tan como hay señoras que manejan así, y que lo mandan a uno a chingar a su madre rapidito, y que aparte le dicen a uno “po´s más pobre, pinche pobre” por andar en bicicleta haciendo ejercicio, cuidando la ecología y más, hay también hombres, señorones que mejor quitarles la licencia de conducir (si es que la tienen) antes de que sigan maltratando y no respetando las zonas que son exclusivas y nos competen nada más a nosotros, los bicicleteros.

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