En palabras Llanes
Todavía
por ahí, en mis pocos recorridos por la calle «porque debo decir que sí he
estado encerrado en la casa, sin embargo, he requerido de salir a la calle a
trabajar, dos días por semana a la Falcom, ir por víveres, agua y/o medicina y
las menos de las veces por distracción, recorriendo las calles o carreteras en
coche y nada más», y en esos pocos recorridos he escuchado a mucha gente que,
amén de todo no creen en esta enfermedad, se mofan, incluso, de ella, y quieren,
añoran que les dé Covid «para no ir a trabajar» dicen.
Hace
poco la Universidad de Colima llevó a cabo su proceso de selección para
ingresar a sus diferentes planes y niveles de estudio, no me extenderé en esto,
sólo diré que el adolescente que tenemos en la casa fue aceptado en el
bachillerato de su elección.
La misma
casa de estudios, pidió que, en ciertos horarios establecidos para evitar a
conglomeraciones, el adolescente «de preferencia sin acompañamiento de un
adulto, padre o tutor», fuese a llevar sus papeles originales al plantel en
cuestión. Y así le hicimos.
Nos hacían falta fotografías tamaño infantil, sí teníamos, pero eran de cuando el adolescente tenía seis o siete años. Fuimos a un lugar al centro «que es el que conocemos porque las entregan en diez, veinte minutos cuando mucho», nos presentamos el adolescente y yo con todas las medidas de seguridad, le dije al adolescente que en este primer proceso yo lo acompañaría a todo, pero que me mantendría a la distancia para que él empezara a resolver sus trámites y si alguno requería de mi intervención, lo haría, así que lo mandé por la delantera en tanto iba a estacionar el coche.
Al llegar
no había tanta gente, por lo que tomé asiento en una silla vacía, silla que
tenía una especie de funda en el respaldo con el logotipo de los Santos de
Nueva Órleans «en un vistazo rápido por el lugar, vi que todas las sillas
tenían esa especie de funda con los equipos de futbol americano, encontré la de
los Dallas Cowboys, pero esa silla era la que usaba la chica que atendía el
lugar». Dicha silla estaba lejos de la dependienta y en sana distancia con otra
silla a lado, que tenía la funda en mención con el equipo de los Gigantes de
Nueva York; le pregunté al adolescente que si ya había pedido las fotografías y
me dijo que sí, que incluso ya se las habían tomado, entonces, esperamos… en
eso, recordé que la indicación de la Universidad de Colima era que las fotos
tendrían que ser en blanco y negro y le dije al adolescente que si las había
pedido así, me dijo que no y ahí voy a hacer mi intervención como padre y/o
tutor luego de que el adolescente se quedó impávido y se puso blanco y sentí
que le venía una especie de mini-infarto, me dirigí con la chica a decirle que
el pedido del adolescente eran fotografías en blanco y negro, por favor, me
dijo que no había problema y volvimos a esperar; me fui a sentar a la misma
silla lejos de la dependiente cuando en eso entraron dos personas a «revelar o
imprimir» en las máquinas electrónicas que hay ahí para ello, sus fotografías,
junto a mí y en la silla otrora vacía se sentó el varón que acompañaba a la
mujer que fue directo a esas máquinas «en tanto bajaba, acomodaba e imprimía
esas imágenes». El gordito varón a mi lado empezó a cabecear y algún conocido
suyo, que trabajaba en ese centro fotográfico y que salió a entregar unas
fotografías a un cliente anterior a mi adolescente, le preguntó a ese gordito
que si estaba enfermo, porque lo halló entre cabeceando, con los ojos cerrados
o vaya a saber… el gordito se medio espabiló y le dijo que no, que no estaba
enfermo, que sólo tenía Covid 19, en eso el adolescente se fue a sacar unas
fotocopias «documentación que también necesitaba para llevar a cabo su proceso
de inscripción» y salió del lugar a buscar una papelería. Luego de ese
comentario del gordito a mi lado, que yo di por totalmente desafortunado, se
rieron y yo, muy serio y muy con mi cubrebocas le dije al gordito más o menos
esto, palabras más palabras menos: «Mi amigo, no sabe lo que dice, no quisiera
estar enfermo y mucho menos de Covid, estar intubado, metido en un hospital y
su familia con la zozobra de no saber de usted, es una enfermedad muy terrible
a la que no le hemos dado su justa dimensión y por eso estamos como estamos»,
el gordito se levantó de su lugar y se fue a sentar a otra silla como pensando,
o no, en lo que le había dicho; aquella silla tenía la funda del equipo de los
Cuarentainueves de San Franciso.
Llegó el
adolescente y al poco rato le dieron sus fotografías tamaño infantil en blanco
y negro. Dimos las gracias y nos fuimos de ahí, yo, con la zozobra de que en efecto
ese gordito NO hubiese estado enfermo de la Covid porque estuvimos
relativamente muy cerca y su cambio de lugar me hizo pensar en muchas cosas…
Sin
embargo, han pasado varios días de aquello y al parecer en casa todos estamos
bien. Pero al abrir el Facebook uno se entera que la muerte ronda por aquí y
por allá, que la enfermedad ha llegado a nuestros círculos más cercanos y que
ahora los muertos ya no son aquél o aquella, no, ahora son nuestros amigos,
conocidos y familiares.
No hemos
salido de esta pandemia, aún no podemos cantar victoria, tenemos que seguir
cuidándonos y cuidando a los demás, ponernos en los zapatos del otro «que en
realidad nunca lo hacemos», y seguir usando cubrebocas, cuidar la sana
distancia, ponernos gel antibacterial y desinfectante en el cuerpo, y, sobre
todo, ser mucho más cuidadosos con nuestra higiene personal y general y #PorFavorPorFavorPorFavor…
tomar estar enfermedad en serio, vacunarse y al presentar síntomas, ir a
hacerse la prueba y aislarse en caso de resultar positivos, preferible estar
quince días en casa, que seguir infectando a los demás.
Oigo,
leo y veo que mucha gente ya quiere regresar a las actividades normales, a las
cotidianas, a las escuelas y está bien, yo mismo quiero hacerlo, pero si no
tomamos esta enfermedad en serio y no le damos su justa dimensión, cómo vamos a
evitar que este virus se siga propalando y que otro/a se contagien. Hay que
cuidarnos nosotros para cuidar a los demás…
Si
nosotros adultos no nos cuidamos… ahora imaginen sus hijos que ya están
próximos a regresar a la escuela y que ven en nosotros el ejemplo… está de
pensarse ¿no?
#PensarEnElOtroEsUnGestoDeFeEnLaHumanidad,
gesto o acto de fe que a veces veo y siento, esta sociedad en la que vivimos no
tiene, no siente o no piensa… #LíbranosDelMalAmén…
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