Tuesday, October 07, 2008

¡Por fin!

Bueno, pues acabó altexto 2008. De hecho terminó desde la semana pasada. Miércoles de la semana pasada, para ser un poquito más exacto. Y terminó dejándome encamado. Esta vez sí me tiró. ¿Compré algún libro?, nada. Tanta actividad no me dio chance de ni siquiera darle una visitada (como a mí me gusta) a la librería. Y es que me gusta visitar la librería y tardarme horas y horas. Esta vez simplemente no pude. Vi por ahí un libro de cuentos de Alberto (tocayo) Dalal, pero de ahí a poder comprarlo, nada. Este año contamos con la siempre grata presencia de los bachilleratos de Colima. La noticia se corrió por varios campus, y cuando en el programa estaba indicado con quiénes íbamos (guille cuevas y un servidor) a trabajar, resulta que se dejaron venir ene cantindad de alumnos que salían, quién sabe de dónde. Resulta que todos los días teníamos hasta dos o tres charlas (o presentaciones). Sí, es divertido trabajar con estos chavos, pero también es muy cansado. Las chicas van con sus falditas cortas... cortas... cortas... pero cortas, y los caballeros pues simplemente van. Se presentaron las dos colecciones en esa semana y dos días de actividad con bachilleratos. Y entre habla y habla... mira y mira... cada alumno salió por lo menos, con un libro bajo el brazo, como dice la canción de Gavilondo Soler. Debo aclarar que las cuentas nunca nos salieron bien. Es decir, siempre faltaba dinero, poco, pero faltaba. Aunque de las cuentas yo no me hice cargo, carajo, por algo estudié letras, la matemática y yo llevamos mucho, pero mucho tiempo distanciados, y no se ve por dónde, ni cómo, lleguemos a entendernos. El caso es que estos libritos se han movido, vendido y revendido por aquí y por allá. Aquí quiero abrir un paréntesis para agradecer a dos amigos. Bueno, maestra y amigo, que colaboraron con nosotros. David Chávez y Lucila Gutiérrez, que desde tierras chilenas mandaron su colaboración para este nuevo proyecto editorial que ahora reunió el material de personajes bien leídos y bien importantes en la literatura universal, y que nuestroa amigos hicieron un epílogo para este material. Sinceramente muchas gracias. Y bueno, después de una jornada del libro universitario altexto 2008, me quedó una gripa que poco a poco se me está quitando, y un maldito dengue que, me impidió ir a trabajar dos días.

NO SE ME IMPORTA UN PITO...

NO SE ME IMPORTA UN PITO...

No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.


Oliverio Girondo

¿Qué es lo primero que levantas del suelo después de un terremoto?

 En palabras Llanes     I Una vez más México hace historia; otro 19 de septiembre que « retiembla en su centro la tierra al sonoro...