Abrí el armario y me encontré con la triste mirada de una jirafa
Para Dolores Castro,
que puso este ejercicio
Abrí el armario y me encontré con la triste mirada de una jirafa. Pulsé el botón y se puso amarillo, las puertas se cerraron automáticamente y ascendió. Subí entonces las escalerillas de emergencia que nadie utiliza, y llegué al ochentavo piso, ahí estaba otra vez el armario. Volví a presionar el botón que tenía una flecha de expulsión que se volvió a poner amarilla, y automáticamente se abrieron las puertas. En el interior estaba la misma jirafa con la sonrisa ahora en su mirada y en su cuerpo. Se le veía más jirafa y las manchitas de su cuerpo tenían más vida que otras veces. Cuando me vio, jiralfamente me expresó su regusto con un lengüetazo en la cara y me di cuenta entonces de que a las jirafas les encantan las alturas.
Para Dolores Castro,
que puso este ejercicio
Abrí el armario y me encontré con la triste mirada de una jirafa. Pulsé el botón y se puso amarillo, las puertas se cerraron automáticamente y ascendió. Subí entonces las escalerillas de emergencia que nadie utiliza, y llegué al ochentavo piso, ahí estaba otra vez el armario. Volví a presionar el botón que tenía una flecha de expulsión que se volvió a poner amarilla, y automáticamente se abrieron las puertas. En el interior estaba la misma jirafa con la sonrisa ahora en su mirada y en su cuerpo. Se le veía más jirafa y las manchitas de su cuerpo tenían más vida que otras veces. Cuando me vio, jiralfamente me expresó su regusto con un lengüetazo en la cara y me di cuenta entonces de que a las jirafas les encantan las alturas.
1 comment:
Pues me parece un buen ejercicio. Bastante bueno la verdad. Saludos.
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